Son más de 15 años de mentiras, de cifras falsas y de programas que en su mayoría nunca se concretan. Ha sido más de una década perdida en anuncios. Viven del discurso, pero no sobre los país está en una situación calamitosa y ellos siguen empeñados en decir que todo es un éxito.
Son varias las señales que alertan que Venezuela está al borde de una peligrosa debacle. Casi todo el país lo ve claro, mientras en el gobierno se empeñan en vender humo y más humo que sólo busca tapar la inmensa ineficiencia, el aberrante derroche y los problemas acumulados.
La escasez de alimentos pretenden taparla con la excusa que el pueblo aumentó su poder adquisitivo y como compra más, hay menos que comprar. Esa es una burla a quienes se pasan largas horas de sus vidas en una cola. Muchos deben apelar a su poca capacidad de endeudamiento para poder comprar lo que necesitan, porque sus ingresos no les alcanzan.
Dicen que la juventud venezolana vive feliz y siente que tiene futuro y esperanza en Venezuela, mientras más de un millón y medio de jóvenes entre 15 y 29 años no estudia, ni trabaja como reveló el diario El Nacional este domingo en un interesante reportaje que da luces sobre el desastre.
Anuncian que le pagarán más de un millardo de dólares a las empresas que han esperado muchos meses para que les liquiden los dólares aprobados en el difunto Cadivi, pero no admiten que la deuda total por este concepto sobrepasa los 15 millardos de dólares.
Aseguran que los programas de seguridad han reducido los índices de criminalidad, pero obvian que según cifras extraoficiales, porque las oficiales son un secreto de Estado, señalan que estamos punteando las estadísticas mundiales de asesinatos por cada 100 mil habitantes.
Se jactan de decir que han combatido la pobreza a través de las misiones sociales, pero el Instituto Nacional de Estadística reporta que la pobreza creció 6,1% ya que pasó de 21,2% en el 2012 a 27,3% hasta finales de 2013, lo que representa que hay 1.790.000 nuevos pobres en Venezuela.
Pero además la pobreza extrema saltó de 7,1% en el 2012 a 9,8% en el 2013 y eso en términos entendibles son 733 mil nuevos venezolanos que no pueden cubrir ninguna de sus necesidades más básicas. Y después en largas y vacías alocuciones aseveran que vamos rumbo a la pobreza cero. Puro chiste.
Castigan a los venezolanos con el muy restringido acceso a los dólares, alegando que eso es un gasto suntuoso que el país no puede seguir costeando alegremente, pero se han hecho los pendejos con las empresas fantasmas que se llevaron más de 20 mil millones de dólares a través de recursos aprobados por el propio gobierno.
¿Eso no es mentir? Esto son apenas unas cifras muy pequeñas que demuestran la triste y aberrante realidad que vive Venezuela. El país se desmorona y ellos siguen alegando que el modelo socialista es exitoso. Prefieren que Venezuela se haga cenizas, antes de admitir que fracasaron y tienen que irse.
En el Zulia vivimos una situación muy parecida, con la diferencia que aquellos han fracasado en más de 15 años, mientras aquí el fracaso llegó en año y medio. Vendieron la idea que grandes obras vendrían al estado a generar empleo y, por ejemplo, Puente Nigale está paralizado por la inmensa deuda que tienen con la empresa constructora.
Juraron que acabarían con la inseguridad y eso es puro maquillaje a través de cifras que nadie siente como cercanas. Prometieron grandes obras de infraestructura que nadie sabe dónde están. Los hospitales están en el suelo y destruyeron lo que la democracia social hizo con tanto esfuerzo.
Gobiernan sobre la mentira. Sus logros son efectos de propaganda. Insisten que los ciudadanos vivan en un mundo irreal, cuando el mundo real demuestra que las condiciones de vida de los venezolanos han retrocedido a niveles de países sin riquezas. El país se desploma y ellos no saben cómo parar el colapso.
Por Pablo Pérez