La escasez se ha perfilado como el talón de Aquiles de este gobierno que ya se ha caracterizado por tener rotas muchas costuras, pero ha sido su caradurismo lo que continúa causando shock dentro y fuera del país. Seguimos siendo noticia por lo malo y no por algo bueno que ocurra.
Se han hecho mesas de diálogo con diferentes sectores productivos de Venezuela y no ha pasado nada. Quienes participaron en estos encuentros con voceros oficiales, visualizaban un panorama distinto al de ahora, pues imaginaban que la solución a buena parte de los problemas llegaría pronto. No ha sido así.
El sector alimenticio permanece golpeado porque siguen regulando la mercancía a un precio que los vendedores aseguran que no pueden sostener. Nadie quiere trabajar a pérdidas y eso el gobierno no lo ha entendido. Ahora los perjudicamos somos todos porque no se vende carne a los consumidores y cuando se encuentra, su valor está por encima de lo que las mayorías pueden pagar.
Se ha dicho mediáticamente que hay muchos planes y medidas para paliar el desabastecimiento de productos, pero nada ha funcionado. Ya Fedecámaras, Consecomercio y las federaciones de Ganaderos y Agricultores asomaron que desde que se realizaron los encuentros con el Ejecutivo, no se han implementado los acuerdos a los cuales se llegaron. Así no sirve.
Ellos, que tanto hablan de matrices de opinión, son los primeros que intentan generar la sensación de que están gobernando y solucionando, pero no es cierto. No se ha hecho ni la mitad de lo que esperamos como ciudadanos de un país que están dejando hundir porque no se quiere trabajar en conjunto y poner en práctica los aportes de los sectores que sí pueden ayudar a resolver.
Lejos de enfrentar la caótica realidad se buscan justificaciones sin sentido a problemas que no son de escasez, pero que han derivado por la falta de dólares aprobados para sectores como el de las aerolíneas que ahora empiezan a irse porque no pueden trabajar si el gobierno no les paga lo que les debe.
Aun retumba en nuestros oídos la excusa que diera el Ministro de Petróleo, Rafael Ramírez al declarar que las aerolíneas se iban del país porque estaban desviando los vuelos hasta Brasil por el Mundial de Fútbol, es decir, por un evento que ni siquiera ha empezado y que no guarda relación con lo que sucede en Venezuela.
Como si fuera poco, Maduro replicó amenazando a las empresas del ramo aéreo. Para él es más inteligente decirles que “si se van, ya no les permitirá el regreso”, que pagar la multimillonaria deuda que tiene con ellos y evitar el continuo aislamiento al que siguen sometiéndonos.
Es preocupante que se sigan repartiendo culpas y no se resuelva el hecho de que nos quedamos sin comida, sin transporte y sin respuestas a los problemas más graves que tiene el país. No queremos más mesas, más cadenas ni más anuncios. Es hora de que este gobierno trabaje y entienda que el país le está quedando grande por no atender sus principales dificultades.
Astrid Silvestri / @ASTRIDSP79