Emily es una niña de 3 años que decide que tiene el pelo lo suficientemente largo como para cortárselo, donarlo y que con él puedan fabricar pelucas que utilicen los niños enfermos.
Los padre de Emily le sugirieron la idea. Se sentaron y le explicaron que para donar su cabello, se lo tendría que cortar mucho, y que tardaría mucho antes de que volviera a crecer. Para hacerla partícipe de lo que ocurría, miraron fotos juntos de niños pequeños que no tenían pelo, fotos de pelucas y finalmente vieron como les quedaría el pelo tras cortárselo. Aun así, Emily quería seguir queriéndolo donar.
Entonces, padre, madre e hija (y su muñeca Dolly) pidieron cita a su peluquero el “Tio mateo”.
Un gran ejemplo a seguir
[Fuente: lavozdelmuro.com]