Un estudiante murió atropellado en Venezuela durante una protesta antigubernamental, según testigos, la cuarta víctima tras una semana de disturbios en la nación petrolera, donde seguidores del oficialismo y de la oposición se preparaban nuevamente para tomar las calles de Caracas el martes. El joven de 17 años fue arrollado el lunes cuando participaba de una marcha en la ciudad oriental de Carúpano. Su fallecimiento ocurre una semana después de que otras tres personas fallecieran tiroteadas durante protestas contra el Gobierno del presidente Nicolás Maduro.
Un diputado opositor de la Asamblea Nacional dijo que el joven fue atropellado por un simpatizante del Gobierno. Pero la denuncia no fue confirmada por las autoridades locales.
«José Ernesto Méndez muere atropellado por un oficialista. Hasta cuándo tanto odio. 17 años, estudiante de 5to año. Carúpano», escribió en su cuenta de Twitter el diputado César Rincones, del partido opositor Acción Democrática (AD).
Testigos en el lugar de los hechos dijeron a Reuters que otros tres manifestantes resultaron heridos en un combate cuerpo a cuerpo con el conductor. Uno de los heridos está ingresado grave en un centro asistencial de la ciudad, agregaron.
Las manifestaciones contra el deterioro de la economía y los problemas de inseguridad en la polarizada Venezuela cobraron fuerza el lunes después de que los cuerpos de seguridad del Estado allanaran la sede del partido opositor Voluntad Popular buscando a sus dirigentes.
A pesar de que las intensas protestas, que llevan una semana en Caracas y casi 20 días en el resto del país sudamericano, han representado el mayor reto para Maduro desde su elección el año pasado, no hay indicios de que puedan poner en juego su continuidad en el poder.
Sin embargo, Venezuela parece dividida entre quienes defienden, a rajatabla, los millonarios planes sociales del Gobierno que han beneficiado a buena parte de los 29 millones de habitantes; y los que quieren un cambio de timón afligidos por la alta inflación y la galopante delincuencia.
Maduro, exsindicalista de 51 años heredero del fallecido Hugo Chávez, ha culpado del derramamiento de sangre al líder opositor Leopoldo López -del partido Voluntad Popular-, quien prometió entregarse a la justicia el martes tras una marcha de sus seguidores.
Pulso en las calles
La capital, Caracas, amaneció con una fuerte presencia de las fuerzas de seguridad horas antes de que «chavistas» y opositores realizaran sendas marchas que podrían confluir, lo que genera temor de que se produzcan enfrentamientos.
Tanquetas, policías y vehículos antidisturbios quedaron desplegados en varias partes de la ciudad.
López, exalcalde de 42 años de un distrito de Caracas, llamó a sus seguidores a que lo acompañen en la marcha, en el transcurso de la cual prevé entregarse a las autoridades que lo buscan por «homicidio» y «terrorismo».
«Como lo anuncié, lo ratifico. Voy a seguir en las calles. Acompañando a un pueblo que clama por un cambio», arengó López desde la clandestinidad a través de su cuenta de Twitter @leopoldolopez.
«Iré a dar la cara. No tengo nada que temer, ni esconder. La verdad está con nosotros, estamos del lado correcto de la historia», agregó el político formado en Harvard.
Mientras, miles de trabajadores petroleros -la mayoría oficialistas- se preparaban para marchar por Caracas desde el centro hasta el palacio presidencial de Miraflores.
«Venimos a ratificarle al camarada presidente Nicolás Maduro que cuenta con la clase obrera», dijo Wills Rangel, presidente de la mayor federación de trabajadores petroleros.
El sindicalista adelantó que la marcha oficialista convocaría a cerca de 40.000 trabajadores.
Maduro asegura que la oposición, con apoyo de Estados Unidos, busca reeditar el breve golpe de Estado contra Chávez en 2002.
Sin embargo, los líderes opositores sostienen que sólo buscan acortar su mandato a través de un referéndum revocatorio, permitido por la Constitución para 2016.
Los disturbios han generado el rechazo y peticiones de diálogo por parte de los países latinoamericanos, mientras que el Departamento de Estado estadounidense dijo estar «preocupado» por la tensión que reina en las protestas.
Los manifestantes -muchos de ellos estudiantes universitarios- siguen firmes en las calles y aseguran que no se irán a sus casas hasta que Maduro renuncie. No hay, sin embargo, muestras de que ello esté ocurriendo.
[Fuente: Yahoo]