No hay ninguna duda que el gobierno madurista al negar los dólares para la compra de papel para imprimir los periódico, está poniendo una pistola en la cabeza de la prensa escrita y un candado a la puerta de la libertad de expresión y otro al derecho de la información de los ciudadanos garantizado en la Constitución Nacional. Con esta medida se busca amedrentar y chantajear a los dueños de medios para que apliquen una autocensura o se plieguen al gobierno vendiendo el fondo comercial a precio de gallina flaca.
Para quienes en un momento no creyeron y voltearon la mirada para no ver lo que estaba ocurriendo cuando se produjeron las primeras medidas contra la libertad de expresión y el derecho a la información, les digo que la vaina es en serio. Recuerdo que todo comenzó un día cualquiera cuando unos violentos estimulados por discurso presidencial del que se murió, vinieron los ataques y agresiones a periodistas y trabajadores de la prensa en las acciones de calles que eran convocadas por los ciudadanos para protestar contra la indiferencia del gobierno nacional con los problemas del país.
Luego vino el anuncio de aquel 28 de diciembre de 2006, día de los inocentes, cuando dentro del cuartel militar de Fuerte Tiuna y a todo pulmón, el difunto envalentonado por que había ganado las elecciones 15 días antes, decretó con las palabras el cierre de RCTV, la televisora mas antigua de Venezuela, donde se perdieron 9 mil empleos entre directos e indirectos, y el derecho de la gente a ver la televisión que le diera la gana. Posteriormente vino el cierre de las 33 emisoras radiales, muchas de ellas fundadoras de la radiodifusión en Venezuela, donde se perdieron miles de empleos y muchos de esos trabajadores fueron a parar al mercado laboral de la economía informal.
Ahora el gobierno de Maduro, que es una prolongación del que presidió el difunto, viene por los diarios impresos y lo que no pudieron hacer con la ley resorte como era la idea desde el principio, para controlarlos a través de CONATEL, tal como lo hacen con las emisoras de radio que hoy en dia trabajan con una pistola en la cabeza, la medida que toman es negar la adquisición de dólares para comprar el papel periódico y torcerles el pescuezo para obligarlos a someterse a la autocensura o simplemente parar las rotativas, despedir a los trabajadores y cerrar las puertas.
Ya son 11 los periódicos que han dejado de circular porque agotaron el inventario de papel, el último en hacerlo al momento de escribir esta columna, fue Notidiario en Tucupita del estado Delta Amacuro. El resto de los diarios que circulan en provincia y los que se imprimen en Caracas, han bajado la paginación y el tiraje para poder alargar un poco la “vida”, pero igual tienen inventario hasta finales de marzo y principio de abril, lo cual los pone en situación muy crítica para seguir circulando, además de poner en peligro mas de 30 mil empleos en la provincia y aproximadamente tres mil en Caracas.
En cadena de radio y televisión Nicolás Maduro dijo que la prensa lo llamaba dictador y sentenció que a los periódicos tarde o temprano le llegaría su hora. Igualmente el teniente Diosdado, recientemente ascendido a capitán, ha dicho varias veces que en los puertos hay 12 toneladas de papel sin retirar, pero lo que no dice que parte de ese papel es propiedad de algunos periódicos del gobierno. Además, de acuerdo al consumo que tienen los periódicos anualmente que es de 160 mil toneladas, las 12 mil toneladas de las que habla Cabello solo alcanzaría para menos de un mes de impresión.
En un país democrático, la prensa libre e independiente no tiene que estar mendigando dólares para comprar materia prima para su impresión, es una obligación del estado garantizar ese suministro para blindar la libertad de expresión y el derecho a l información que tenemos los ciudadanos.
@lodicetodo / Gerónimo Figueroa Figuera