Años de discreción y de silencio han quedado rotos… Lucía Flecha de Lima, la mejor amiga de la princesa Diana de Gales, ha decidido hablar por primera vez para contar la verdad…
Lucía ha dicho que el amor de la vida de Diana no fue Hasnat Khan, el médico pakistaní de quien tanto se habla, ni Dodi Al Fayed, al lado de quien murió en el accidente de auto en París, ni ningún otro hombre que haya pasado por su vida. El verdadero y gran amor de la princesa fue su marido, el príncipe Carlos.
Diana estaba locamente enamorada de Carlos, quien la utilizó y la engañó. Como era muy joven e inocente, ella sufrió mucho y no sabía adónde ir ni en quién confiar sus angustias. La situación de su matrimonio era muy triste; Diana estaba destrozada por los celos y no podía contar lo que le ocurría. Ante el mundo, ella era la nueva princesa feliz, la esposa del heredero del trono inglés, la protagonista de una gran boda estilo cuentos de hadas, y nadie podía imaginar sus tormentos.
Diana, quien hubiera cumplido 52 años en el 2013, no recibía apoyo de su familia. No estaba unida a sus hermanas mayores –lady Sarah McCorquodale y la baronesa Jane Fellowes–, dos mujeres muy secas y ciento por ciento tradicionalistas, muy involucradas en la vida de la corte real, pues Robert Fellowes, el esposo de Jane, fue el secretario privado de la reina Isabel II de Inglaterra durante muchos años. Tampoco sentía que podía confiar en su todavía muy joven hermano Charles Spencer ni en su enfermo padre John earl Spencer y vizconde de Althorp, y menos aún en su fría madre Frances Shand Kydd, quien había abandonado el hogar cuando Diana era pequeña, para irse con Peter Shand Kydd, con quien después se casó.
Las relaciones con su familia eran poco menos que inexistentes, por lo que se sentía muy sola. Por eso es que confió tanto en dos personas: su mayordomo Paul Burrell, a quien tenía más cerca y quien después de su muerte, también la traicionó, y Lucía Flecha de Lima, a quien había conocido en Londres y poco a poco se había convertido en su gran amiga. Según Lucía, «la reina Isabel al principio fue muy amable con Diana y la quiso guiar en su nueva vida en palacio», pero Diana, quien llamaba a la reina «mamá», poco a poco fue alejándose de ella, porque le temía y no acababa de tenerle confianza.
Estas revelaciones las ha hecho en Londres, citando a Lucía, el famoso periodista Richard Kay, quien también era uno de los pocos buenos amigos de Diana, y quien tampoco había querido hablar… hasta ahora. Lucía, esposa de Paulo Tarso Flecha de Lima, embajador de Brasil en el Reino Unido, no solo estaba muy compenetrada con la princesa, sino que era «como una segunda madre» para ella, pues la apoyó y la acompañó moralmente en los turbulentos años finales de su matrimonio y en su divorcio del príncipe Carlos.
Lo que ha provocado las súbitas revelaciones ha sido el estreno de la nueva película Diana en Brasil, que ha indignado a Lucía, quien ahora vive en ese país y conoce la verdad de la historia. El muy mal recibido filme, con Naomi Watts en el papel de Diana, trata sobre su supuesto gran amor con el cirujano pakistaní Hasnat Khan, y Lucía está en desacuerdo. «Diana no estaba enamorada de Dodi Al Fayed ni de Hasnat Khan», ha dicho firmemente, explicando que Diana, con quien ella habló unos días antes del trágico accidente que le costó la vida cuando regresaba de unas vacaciones con Dodi, se sentía halagada por la forma tan caballerosa y cariñosa con que este se portaba con ella, pero que lo de ellos había sido un romance de verano y no un gran amor.
Sobre el médico pakistaní explica que «quizás sintió por él una gran pasión». Lucía dio a entender que para Diana también contaba mucho el reto de lograr lo prohibido, vencer la resistencia de Hasnat y lograr que el cirujano le pidiera casarse con él. Respecto a Dodi, hijo del millonario Mohammed Al Fayed, entonces dueño de la tienda Harrods, Lucía dice: «Yo le pregunté directamente si sentía algo intenso y pasional por él, y me dijo que no. Aquello no iba a terminar en boda, ni siquiera llegaría a un compromiso».
De acuerdo con Lucía, cuando Diana se casó y durante varios años después, «estaba convencida de que Carlos estaba muy enamorado de ella». La princesa seguía enamoradísima de su marido, por quien sentía una gran admiración desde que era apenas una adolescente y tenía su póster en su dormitorio del colegio. «Cuando nació William, Diana se sintió muy feliz, porque Carlos parecía encantado con el bebé y era más amable con ella. Estaba segura de que su matrimonio vencería todos los obstáculos del pasado (¡como la existencia de Camilla Parker-Bowles!) y que serían una familia feliz».
Hablando sobre la vida amorosa de Diana, Lucía es muy clara en sus observaciones: aunque es cierto que Diana sintió «pasión por otros hombres», incluyendo el pelirrojo James Hewitt, del que se creyó enamorada y cuya confesión en televisión de su romance causó gran escándalo, el príncipe Carlos era, «sin la menor duda, el gran amor de su vida». Saber que Carlos no la quería, porque estaba enamorado de Camilla (¡mayor y mucho menos guapa que ella!) era «profundamente humillante y doloroso para Diana».
Lucía siempre le decía a la princesa que era «tan apasionada y espontánea, que no parecía inglesa, sino una mujer latina, lo que le encantaba oír». Diana estaba tan unida a Lucía, que a veces se quedaba en la casa de los Flecha de Lima en Mayfair, donde habían puesto en el dormitorio que ella usaba un letrero que decía: «El cuarto de Diana». Cuando Lucía ya no vivía en Londres, visitaba a menudo a Diana y se quedaba con ella y con los niños en el palacio de Kensington.
Comparando la vida de los royals años atrás con la de hoy, Lucía encuentra maravilloso como los duques de Cambridge William y Kate están actuando con su hijo George. «A Diana le hubiera encantado pasar los dos primeros meses de la vida de William con él y con su marido, pero eso era impensable hace tres décadas. Las cosas, para bien, han cambiado mucho en la actualidad».
Por cierto, un póster anunciando la película Diana fue colocado con muy poco tacto a la entrada del túnel Alma de París, donde la princesa de Gales perdió la vida, lo que provocó que las autoridades parisinas inmediatamente lo quitaran.
[Fuente: vanidades.com]