¿Perdonarías una infidelidad?

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Perdón es la fragancia que la violeta suelta, cuando se levanta el zapato que la aplastó, aseguró décadas atrás el escritor y aventurero norteamericano, Mark Twain, y con la frase sentenció la superioridad de quien, a pesar de saberse ofendido, ofrece lo mejor de sí en señal de indulgencia que nunca será lo mismo que indiferencia.

Infidelidad

Conste que no creo en la paz de quien siempre ofrece la otra mejilla, sino en la de aquel que aprende las lecciones que a golpe de lágrimas nos da la vida, pero reserva el corazón limpio de odios y ansias de venganza. No se trata andar por el mundo con vocación de santa, sino de descubrir que perdonar es uno de los caminos que ayuda a ser felices.

No es lo mismo perdonar que justificar o excusar. No es reconciliación pues se puede perdonar a la pareja o al amigo que nos ha sido infiel y nunca volver al punto de partida. Tampoco es olvido. El perdón es una respuesta, sobre todo moral, que nos permite avanzar por nuestro propio bien. Es como recordar el frío del invierno, pero sin temblores pues ha llegado la primavera.

Perdonar es un proceso complejo, que no borra lo mal hecho ni resta responsabilidad al ofensor. Es una muestra de buena voluntad y a la vez es un camino para remediar la tristeza que nos acompaña cuando hemos sido insultadas. Bien lo definió un fraile dominico: «¿Quieres ser feliz un instante? Véngate. ¿Quieres ser feliz toda la vida? Perdona».

¿Perdón o venganza contra la infidelidad?

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Cuando hemos sido ultrajadas, la respuesta más frecuente es sentir ira y según los estudios del psiquiatra norteamericano, Richard Fitzgibbon, las formas básicas de lidiar con este sentimiento es negarla, expresarla de manera solapada aparentando que no estamos ofendidos, o perdonar y esta última es la que más rápidamente alivia a quien la padece.

El camino del perdón usualmente está minado por los deseos de venganza contra la infidelidad, pero el propio Dr. Fitzgibbon y otros psiquiatras y psicólogos, han sistematizado cuatro pasos terapéuticos que les han reportado excelentes resultados y que ahora les dejo aquí por si los necesitan para enfrentar los muchos momentos de la vida en que nos encontramos ante la encrucijada de perdonar o cobrar ojo por ojo siendo una mujer infiel.

1. Confrontar la rabia interior, la vergüenza, la herida. Muchas veces la causa de esos sentimientos permanece oculta por horas, días y hasta años y nos impide entender los conflictos y actuar en consecuencia.

2. Reconocer la causa de la herida, y descubrir por qué nos duele.

3. De todas las opciones posibles, elegir conscientemente la de perdonar, desplazando la ira y la venganza como opciones no viables, no por altruismo, sino por instinto de conservación.

4. Intentar explicarnos la conducta de esa persona que nos ha hecho mal, nos ha traicionado. Cuando lo hacemos, por lo general descubrimos que es un ser vulnerable, más necesitado incluso de ayuda que nosotros mismos.

[Fuente: diariofemenino.com]

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