La Mesa de la Unidad Democrática, en la voz de su principal vocero, Ramón Guillermo Aveledo, le ha anunciado al país nacional sus intenciones de someterse a una reestructuración y a una profunda revisión. La mayoría de los venezolanos demócratas, hemos visto con muy buenos ojos el anuncio d la MUD, y estamos de acuerdo en que, esa importante y fundamental coalición democrática, que tantos logros le ha permitido a la oposición venezolana, tiene que ser sometida durante este año 2014 a una profunda transformación interna.
No pretendo ser mezquino, como algunos que dicen que la MUD no sirve para nada. Tampoco voy a desconocer los avances importantes que los demócratas hemos obtenido gracias a las políticas y estrategias puestas en marcha desde la MUD. Creo que la MUD jugó y sigue jugando un papel sumamente importante en la lucha por la preservación de la democracia, y aún cuando he estado en desacuerdo con algunos de sus planes y estrategias, no puedo dejar de reconocer el trabajo que muchos de sus miembros han desplegado para tratar de reforzar el muro de contención que impida la definitiva instauración del comunismo en Venezuela.
Pero así como debemos reconocer los logros de la MUD, tampoco podemos dejar de mencionar algunos de sus desaciertos. Cuando se haga el balance general y se establezca el estado de ganancias y pérdidas, es muy probable que las cuentas de la MUD nos muestren un saldo en rojo, y es por ello que es necesario y urgente acometer un profundo proceso de reestructuración que le permita a la MUD recuperarse de tantas y tantas derrotas y emprender el camino hacia nuevos retos políticos y electorales, algunos de los cuales están a la vuelta de la esquina, como por ejemplo las venideras elecciones parlamentarias de 2015.
Admitamoslo: la MUD no es perfecta. Es una organización integrada por partidos políticos, y como tal, impregnada de intereses particulares que a ratos, parecieran superponerse al interés nacional. Durante todo el año 2014 no tendremos en Venezuela, ningún proceso electoral. Eso ha hecho que algunos actores políticos hayan planteado la desaparición de la MUD, por cuanto asumen que esa organización sólo tiene un fin: organizar y unificar a las fuerzas opositoras para enfrentar procesos electorales.
En lo que a mí respecta, creo que la MUD debe ser mucho más que una maquinaria electoral. La MUD debe demostrar, sobre todo a lo largo de este año, durante el cual no hay elecciones, que su misión va mucho más allá de unos comicios. La oposición al desastroso gobierno de Nicolás Maduro, no puede hacerse única y exclusivamente cuando haya elecciones. Aquí necesitamos una fuerza opositora permanente, constructiva, inteligente, audaz, contundente, que permita mantener cohesionados a todos y cada uno de los venezolanos que no creemos en el Socialismo del Siglo XXI.
Si la MUD quiere continuar siendo la principal referencia de esa fuerza opositora, entonces tiene que transformarse. La MUD no puede seguir siendo un Club de Amigos, dedicada a proteger y custodiar los intereses particulares de los partidos políticos y de sus directivas. La MUD no puede seguir siendo un Club de Gobernadores, como ocurrió en 2012, cuya estrategia política estuvo orientada fundamentalmente a proteger a los gobernadores de Zulia (Pablo Pérez), Carabobo (Henrique Salas), Nueva Esparta (Morel Rodríguez) y de Táchira (César Pérez Vivas), la mayoría de los cuales perdió las elecciones.
La MUD no puede pedirle a Nicolás Maduro que se comporte como un demócrata, cuando muchos de los dirigentes que integran y conforman la MUD no fueron electos mediante un proceso democrático. Si la MUD quiere hablar de democracia, tiene que empezar aplicando la democracia dentro de su propia estructura. Todos los partidos que conforman la MUD tienen que empezar a practicar la democracia interna, y eso pasa por escoger a todas sus autoridades, nacionales y regionales, mediante procesos democráticos y no mediante imposiciones o acuerdos de cogollos.
Aclaro: creo en la MUD y siempre he apoyado, aún cuando no he estado del todo de acuerdo, muchas de sus políticas y de sus estrategias. Pero creo que ha llegado el momento de que la MUD se convierta en otra cosa. La MUD que queremos la mayoría de los venezolanos no puede continuar siendo una estructura meramente electoral, cuya existencia pareciera justificarse en tanto y en cuanto haya elecciones.
Queremos una MUD mucho más democrática. Queremos partidos políticos mucho más democráticos. Queremos una MUD con un Plan de vuelo, con una hoja de ruta que nos permita continuar la lucha por la recuperación de la democracia venezolana. Queremos una MUD comprometida con los sagrados intereses de Venezuela y no una MUD comprometida solamente con los intereses de unos cuantos partidos.
La MUD también debe aplicar las tres R: reestructuración, revisión y reimpulso. Si no lo hace los venezolanos le aplicarán el RR: raspada por repetir los errores del pasado.
@GustavoAzocarA / Gustavo Azocar