El petróleo crudo es el resultado de la transformación natural de materia orgánica en descomposición que se queda atrapada bajo tierra. Es un proceso que lleva millones de años y del crudo salen la mayor parte de los combustibles.
Desde hace tiempo las algas se consideran una fuente para desarrollar biocombustibles, aunque por ahora no sale mucho a cuenta debido al coste energético que requiere completar el proceso para convertir algas en combustible.
De momento lo que se ha conseguido es mejorar un proceso ya investigado de modo que resulte más barato en términos de coste y que salga «a cuenta» energéticamente hablando, ya que estos procesos requieren consumir apreciables cantidades de energía. Pero vamos, que tal y como lo pintan las algas ya pueden empezar a correr.
[Fuente: Microsiervos.com]