El papa Francisco exhortó este miércoles a las personas a que acepten las diferencias de los otros y a los enemigos a que reconozcan que son hermanos, en la misa de año nuevo dedicada a la paz mundial.
«Todos somos hijos de un padre celestial, pertenecemos a la misma familia humana y compartimos un destino común», dijo Francisco desde la ventana de su estudio que da hacia la Plaza de San Pedro, colmada de decenas de miles de devotos, turistas y romanos.
«Cada cual tenemos la responsabilidad de trabajar para que el mundo sea una comunidad de hermanos respetuosos unos de los otros, que se aceptan en su diversidad y que se preocupan por los demás», agregó.
Francisco habló desde la ventana del Palacio Apostólico que mira a la plaza San Pedro y que los pontífices usan tradicionalmente para sus discursos. La Iglesia católica dedica el 1 de enero a la promoción de la paz mundial.
El Papa Francisco, que tomó su nombre de San Francisco de Asís, un santo asociado con la paz, hizo un apasionado llamado al mundo a escuchar el grito de los pueblos que sufren, diciendo que el corazón de la humanidad parecía haberse extraviado y que muchas personas todavía eran indiferentes a la guerra, la violencia y la injusticia.
Solidaridad
El pontífice se apartó un momento de su texto preparado para Año Nuevo, y manifestó su desasosiego ante los hechos de violencia en el mundo.
«¿Qué está ocurriendo en el corazón del hombre? ¿Qué está ocurriendo en el corazón de la humanidad?, que causa tales niveles de violencia», preguntó Francisco. «Ha llegado el momento de parar esta situación», dijo a decenas de miles de personas.
A diferencia de sus predecesores, Francisco no ha utilizado el espacioso departamento tras la ventana desde que fue elegido en marzo, evitando la pompa, y prefirió vivir en aposentos pequeños en una casa de huéspedes del Vaticano.
«Todos deben estar comprometidos con la construcción de una sociedad verdaderamente justa y solidaria», dijo a la multitud este miércoles, agradeciendo la gran cantidad de pancartas por la paz y globos azules.
Antes, durante su homilía en la misa en la Basílica de San Pedro, Francisco habló de la travesía de la humanidad en el año que comienza e invocó lo que describió como «palabras de bendición» que dijo son de «fuerza, valor y esperanza».
«No una paz ilusoria», agregó, «basada en promesas frágiles humanas, o una esperanza ingenua que supone que el futuro será simplemente mejor porque es el futuro».
Al tiempo de ofrecer sus deseos de año nuevo ante la multitud reunida en la plaza, Francisco insistió en su campaña a favor de los oprimidos. Que al escuchar el «clamor de paz de los pueblos oprimidos por la guerra y la violencia», Francisco oró porque «el valor del diálogo y la reconciliación prevalezca sobre la tentación de la venganza, la arrogancia y la corrupción».
Cambios
En su primer año como papa, Francisco ha trazado un camino para lo que describe como una iglesia «pobre» atenta de los necesitados.
Escogido como Persona del Año por la revista Time y otras publicaciones, ha llamado a su propia iglesia a poner el ejemplo siendo más justa y frugal y menos pomposa, además de acercarse a los pobres y afligidos.
Se espera que el nuevo año traiga cambios concretos al Vaticano, que estuvo asediado por una serie de escándalos y contratiempos bajo el papado de Benedicto XVI, quien en febrero se convirtió en el primer pontífice en dimitir en 600 años.
Funcionarios del Vaticano esperan que los cambios empiecen a tomar forma a fines de febrero, cuando el consejo de asesores tenga una reunión clave en el Vaticano.
El 22 de febrero, Francisco nombrará cardenales por primera vez para que se unan al exclusivo grupo que algún día elegirá a su sucesor.
Se espera que los nombres de los nuevos cardenales sean conocidos a fines de enero y que den otro indicio de la iglesia humilde que Francisco busca.
[Fuente: Agencias]