“El 8 de diciembre es el día de la lealtad a Hugo Chávez y vamos a salir a votar”, brama Diosdado Cabello, líder del gobernante Partido Socialista, en un mitin de campaña y luego da paso a un discurso grabado del fallecido expresidente.
Es que “Chávez sigue siendo la carta de presentación de la campaña del oficialismo hacia el 8 de diciembre”, resume a la AFP el politólogo Nicmer Evans sobre la campaña del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) para las elecciones municipales del domingo.
Los venezolanos eligen alcaldes y concejales en unos comicios aplazados en tres ocasiones y que la oposición presenta como un plebiscito al presidente Nicolás Maduro, el heredero político de Chávez que asumió el poder en abril y cuya gestión ha estado marcada por problemas económicos y una inflación anualizada de 54%.
La elección se celebra a un año de que Chávez, electo para su cuarta presidencia en octubre de 2012, anunciara que el cáncer que padecía desde 2011 había reaparecido y viajaría a Cuba para una nueva intervención. Falleció el 5 de marzo.
¿Legado o publicidad?
En torno a Chávez se ha construido un culto a su figura y herencia política -acentuado en la antesala electoral-. Pero también fue Chávez quien desde 1999 impulsó un polémico modelo socialista que tiene a Venezuela prácticamente partida en dos.
“El mismo Chávez se encargó de ser el único líder. Fue una revolución personalista, todo giraba en torno a él, de hecho algunos críticos dentro del propio oficialismo hablaban del culto a la personalidad”, comenta el psicólogo político Ángel Oropeza, catedrático de la Universidad Simón Bolívar.
En los actos de campaña, usualmente encabezados por Cabello, líder de la Asamblea Nacional y número dos del chavismo, la figura del comandante domina el escenario con enormes fotografías, retransmisiones de sus discursos y el himno nacional cantado con una de sus grabaciones.
Los simpatizantes del oficialismo incluso votarán bajo “la mirada de Chávez”, gráfico a dos tintas popularizado para la presidencial del 2012 y que figura en la tarjeta electoral del PSUV.
Los mitines son alentados por los colectivos denominados “Unidades de Batalla Bolívar-Chávez”, mientras la televisión oficialista, con media docena de canales, multiplica la ya habitual presencia de Chávez retransmitiendo fragmentos de sus actos de calle, discursos o melodías dedicadas a su figura compuestas por populares cantantes venezolanos.
“Un extranjero que llega a Venezuela y no tiene ni idea de que murió Chávez pensaría que sigue vivo, que es el presidente”, añade Oropeza, quien equipara esta estrategia con un mecanismo “muy viejo” de la publicidad: el condicionamiento.
“Así como para vender una cerveza se pone a una modelo en bikini, muy bonita, el postchavismo, el madurismo, busca asociarse con la imagen del padre fallecido para tratar de rescatar el cariño que tuvo el padre y apoderarse de él”, explica.
Evans en contraste señala que esto es algo “pertinente”, ya que Chávez representa un “elemento iconográfico de identidad ideológica, semántica, semiológico para el proceso revolucionario” de Venezuela. “Y será una constante en elecciones futuras. No es sólo su imagen, es su legado”, indica.
“Lealtad y amor a Chávez”
Por coincidir estas elecciones con el año del discurso de despedida de Chávez, Maduro incluso decretó el 8 de diciembre como jornada dedicada a la lealtad al exmandatario.
“El 8 de diciembre nuestro pueblo va a votar con libertad, con alegría, es el día de la lealtad y el amor a Hugo Chávez, se cumple un año de su mensaje aquel de despedida que nos estremeció a toditos”, clamó Maduro días atrás.
Pero este decreto ha sido criticado por el líder opositor Henrique Capriles, quien pide que “ya dejen descansar” a Chávez. También el integrante del Consejo Electoral Vicente Díaz, considerado única voz crítica en un ente acusado de ser afín al gobierno, lo considera un “acto grosero de ventajismo y manipulación electoral”.
Para Oropeza, es natural esta asociación con el fallecido Chávez por encima de Maduro. “Cuando Chávez, en los períodos de escasez (de alimentos y productos básicos) o de inflación, la gente los adjudicaba a cualquier otra cosa menos a él”.
[Fuente: lapatilla.com]