Desde el punto de vista de los barones de la droga, Panamá tiene todo lo que se puede pedir.
Para el tráfico, amplias costas, fronteras y sistemas legales vulnerables; en cuanto al negocio, un centro bancario de primer nivel, facilidad para la conformación de sociedades anónimas, una robusta y creciente economía basada en comercio y servicios y sistemas judiciales lentos y burocráticos. En fin, el escenario ideal.
[Fuente: laestrella.com.pa]