Frank Vargas es un joven inteligente, de origen humilde, luchador, un emprendedor que recientemente culminó sus estudios en Derecho con muchos sacrificios. Hace unos días me lo encontré y me dijo: “Todos tenemos el poder para crear condiciones favorables a nuestros propósitos, JJ”.
El hombre citó una idea de nuestro artículo de la semana pasada. Y concluyó: “Yo tengo ese poder y sé lo que quiero para mi vida”. “Lo sé”, le respondí. Acto seguido me dijo: “¿Quién te habló de visión cuando eras un muchacho? porque de eso nadie me habló en la universidad”. Entonces le conté lo siguiente:
“Tenía 19 años y cursaba segundo año en la Escuela de Aviación Militar, el comandante de mi escuadrilla era el capitán Hiram Pérez Santaella, un excelente oficial y excelente piloto, que tenía una forma muy peculiar de ejercer el liderazgo.
En una oportunidad nos ‘coordinó’ cinco días de arresto simple a todos en la escuadrilla. Fueron cinco de los días más duros que viví en la escuela. No tuvimos paz ni descanso.
Emocional y físicamente nos llevó al límite. El día que se vencía la sanción, nos ordenó terminar la cena en 10 minutos.
Acto seguido nos llevó al patio de honor y nos formó exactamente igual que en los días anteriores, cuando le dimos no menos de 100 vueltas al patio cada día.
Me preparaba mentalmente para otra sesión de terror cuando sorpresivamente nos condujo hasta el casino de cadetes.
Asombrado, vi cómo el hombre ataviado en su braga de vuelo, lideró la formación con paso suave hasta llegar al lugar de destino. Allí dio la orden de que nadie molestara a un cadete subalterno mientras él hablaba con nosotros.
Una vez relajados y un tanto confundidos el hombre sacó de un bolso su casco, su bufanda, sus guantes de vuelo y muchas fotos de distintos momentos de su vida como piloto y oficial de la Fuerza Aérea. Nos contó sobre sus alegrías y sus desventuras, de su accidente a bordo de un Tucano T-27, que casi le cuesta la vida, y el porqué de la semana que habíamos vivido.
“Hijos- nos dijo-, lo experimentado en los últimos cinco días no son más que una muestra de lo que tendrán que vivir y soportar a lo largo de su carrera. Quiero que conserven en su memoria que sólo una visión clara de lo que quieren para ustedes y una actitud determinada al logro, es lo que les va a permitir sobrevivirlos. Quiero que creen conciencia en que sólo el estudio y el esfuerzo continuo orientado por esa visión, es lo que finalmente los convertirá en la razón de su estancia aquí: Ser oficiales pilotos de la Fuerza Aérea Venezolana”.
Les confieso que después de tantos años, pocos son los oficiales que respeté y admiré más que a Hiram Pérez Santaella.
Amigos, la visión es la imagen que conscientemente creamos para representar nuestro futuro. Es la imagen de lo que deseamos, lo que queremos ser y dónde y cómo queremos estar en determinado momento de nuestras vidas.
Una persona con visión es capaz de crear futuro, de ver más allá de las cosas y de ir siempre un paso adelante. Es una persona capaz de trascender el hoy para conquistar el mañana. Bien lo dijo Séneca: “No hay viento favorable para quien no sabe a dónde va”.
@jjferminjr / J. J. Fermín A