El rover Curiosity de la NASA ha reunido pruebas suficientes para demostrar que algunos de los meteoritos que caen la Tierra y que se creía que procedían de Marte, sí tienen su origen en el planeta rojo. El hallazgo se ha realizado a través de la medición de los componentes de la atmósfera marciana y, según los datos recogidos, la clave para distinguir un meteorito marciano de otros tipos es el gas argón.
Los expertos utilizaron el instrumento de Análisis de Muestras de Curiosity (SAM) para analizar las proporciones entre el Argón 38 y el Argón 36 que aparecen en la atmósfera marciana. Así, descubrieron que ésta contiene mucho más Argón 38, ya que es más pesado y no se pierde en el espacio en la medida que lo hace el 36.
Los científicos midieron previamente las cantidades de estos dos gases de argón atrapados en burbujas de aire en los meteoritos que se creía que provenían de Marte y descubrieron una relación de argón de entre 3,6 a 4,5%, mientras que la cantidad de gas argón en la atmósfera del planeta vecino está alrededor del 4%.
Estos resultados, que han sido publicados en Geophysical Research Letters, determinado que los meteoritos presentaban la misma proporción que se registraba en Marte. «Hemos dado con ello, realmente estas rocas son de procedencia marciana», ha señalado la autora principal del trabajo, Sushil Atreya.
Este descubrimiento permite a los científicos hacerse también otras preguntas, como si Marte sería un planeta más hospitalario si conservara todo el argón que alguna vez tuvo. En este sentido, los expertos han señalado que el planeta pudo haber sido mucho más húmedo, más cálido y más acogedor de lo que es hoy en día, pero no a causa de la cantidad de gas argón que solía tener en su atmósfera.
Según Atreya, si Marte hubiera logrado mantener su ambiente, tendría la misma proporción de gas argón que Júpiter y el Sol. La gravedad de ambos es tan fuerte que incluso impide preferentemente los isótopos de escape. Otra razón por la que los científicos están interesados en la proporción de argón es descubrir cómo era Marte en el pasado.
El gas argón no reacciona con otros compuestos o elementos, al ser químicamente inerte, por lo que cualquier diferencia en la cantidad actual, en comparación con el pasado, se debe a la pérdida de atmósfera a lo largo de su historia.
[Fuente: 20minutos.es]