Parece que los sensuales rasgos del actor no son suficientes a la hora de seducir en la cama a su esposa Deborra-Lee Furness, quien no duda en pedirle que se disfrace de corredor de bolsa de Wall Street debido a la irremediable atracción que siente por los hombres poderosos.
“Cuando mi mujer me ve, me dice que está buscando a un corredor de bolsa. Entonces, si quiero tener una buena noche con ella, me pongo el traje, especialmente el mejor que tengo de Tom Ford, y comienzo a hablar de acciones y bonos. Ahí es cuando sé que voy a tener suerte en las horas siguientes”, confesó el artista entre risas a la edición británica de la revista Cosmopolitan.
La pareja se casó en 1996 como resultado de una estrecha relación de amistad que ambos iniciaron al coincidir en una obra de teatro en su Australia natal. Pasados casi 20 años desde que se dieran el sí quiero, Hugh Jackman admite que su idílico matrimonio no ha perdido ni un ápice de intensidad gracias al esfuerzo que los dos enamorados ponen a la hora de cultivar su estrecha relación.
“Diría que el 80 por ciento de la relación corresponde con escoger a la persona adecuada, y con Deb lo supe desde el primer momento. Éramos muy amigos antes de salir juntos. Pero el matrimonio también conlleva realizar muchos sacrificios. Ningún matrimonio sobrevive si las dos partes son egoístas. Obviamente, también cuenta la atracción y el amor. Llamo a Deb como 10 veces al día”, reveló el intérprete.
El actor todavía recuerda con nostalgia una de las primeras citas que tuvo con su mujer, cuando él era un desconocido actor de Broadway y ella ya tenía una imponente lista de contactos entre los que figuraba el roquero Mick Jagger.
“Tenía una cena y le pedí que viniera conmigo, entonces de pronto su teléfono sonó y ¡era Mick Jagger invitándola a una fiesta! Todo lo que recuerdo es a Deb diciendo: ‘Lo siento, pero no puedo ir porque estoy cenando con Hugh Jackman’. ¡Pensé que estaba loca!”, reconoció en tono jocoso.
[Fuente: cromos.com.co]