Por casualidad, Diocleciano Silva, propietario de un yate privado, se topó con una majestuosa estructura piramidal de 40 metros bajo las aguas en la costa de la isla de Terceira, una de las islas que forman el archipiélago de las Azores (Portugal) en el Atlántico.
Según las mediciones barométricas realizadas, esta misteriosa formación con forma de pirámide cuenta con unos 60 metros de altura y una anchura en su base de unos 8.000 metros. Podría haber permanecido bajo las aguas los últimos 20.000 años.
Está situada cerca del Banco Dom Joao de Castro, una superficie marina entre las islas Terceira y San Miguel. Según su descubridor ha relatado a la televisión portuguesa, la forma piramidal de esta masa es perfecta y aparentemente se encuentra orientada por los puntos cardinales -del mismo modo que lo hace la Gran Pirámide de Guiza.
Numerosas especulaciones
En la actualidad, varios grupos de expertos están investigando con la ayuda de la Armada de Portugal este increíble hallazgo y prefieren mantenerse en silencio y no lanzar ninguna hipótesis hasta que no se terminen estos trabajos. En cambio, quienes sí se aventuran en teorías son los arqueólogos lusos quienes confían en que esta estructura forme parte de las construcciones de la mítica Atlántida.
Y lo hacen en base a las evidencias que obran en poder de la Asociación Portuguesa de Investigación Arqueológica de que en la isla de Pico se identificaron restos de una civilización anterior a la colonización portuguesa de esta zona. Hallazgos que se componen de una variedad de estructuras piramidales e incluso pinturas rupestres datadas hace miles de años.
Se trate de la perdida Atlántida o sencillamente de una civilización prehistórica, este descubrimiento puede marcar una nueva etapa en la arqueología de la zona.
[Fuente: tendencias21.net]