Se dice a menudo que el alboroto se debe a la cantidad de azúcar que han consumido. Y, para tratar de que las fiestas sean más calmadas y relajantes, algunos padres hacen eventos libres de azúcar, ofreciendo agua y emparedados de garbanzo en vez de gaseosas y bizcochos.
La idea de que el azúcar afecta a la conducta es muy generalizada y hay varias hipótesis que intentan explicar cómo, incluyendo suposiciones como que los niños pueden ser alérgicos a la azúcar refinada o tener patrones anormales de niveles de glucosa en la sangre.
Pero la evidencia de un vínculo entre el consumo de azúcar y la hiperactividad es sorprendentemente débil.
El estudio más completo es un metaanálisis llevado a cabo en 1995 en el que los autores buscaron los estudios mejor diseñados sobre el tema, combinaron la información arrojada y la volvieron a analizar.
Se dice que el azúcar torna a angelitos en diablillos…
Había dos tipos principales de investigación: algunos estudios le daban a los niños sacarosa o un endulzante artificial, como aspartamo, y luego les hacían seguimiento sin que ni ellos ni los padres supieran si comieron azúcar real o no. Los otros se enfocaban en niños diagnosticados con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) u otra condición para ver si el azúcar los afectaba particularmente.
Entre todas, las investigaciones cubrían las edades desde dos hasta 30 años, y estaban bien diseñadas aunque algo pequeñas: todos menos uno de los 16 estudios contaban con menos de 50 participantes y uno de ellos tenía apenas cinco.
No obstante, los resultados del metaanalisis fueron claros: no se pudo mostrar que el azúcar afecta la conducta o el desempeño cognitivo.
¡¿Pero, entonces?!
Muchos hemos estado en fiestas de cumpleaños de niños y los hemos visto corriendo de un lado al otro, cada vez más excitados e imposibles de controlar… si no es el azúcar, ¿qué es?
…pero al parecer son calumnias.
A medida que la fiesta avanza, los niños juegan más e inevitablemente se entusiasman y se cansan más, así que por supuesto que la conducta se deteriora.
Lo que vemos es a los niños más descontrolados, notamos cuántos dulces han ingerido y asumimos que debe haber un vínculo.
Un estudio se propuso probar la expectativa de los padres que pensaban que el azúcar tenía un efecto negativo en sus hijos. En el experimento, a la mitad de las madres se les hizo creer que sus hijos estaban tomando algo azucarado. A la otra mitad, le revelaron que las bebidas contenían un endulzante artificial, no azúcar.
Cuando se les pidió que observaran y calificaran la conducta de sus hijos, las que pensaban que habían consumido azúcar dijeron que estaban más hiperactivos que las que sabían que habían tomado un placebo.
Pero hubo otro truco en el estudio. Mientras las madres estaban observando a sus niños, los investigadores las estaban observando a ellas. Notaron que las madres que creían que sus hijos habían tomado demasiada azúcar no sólo los criticaban más, sino que se mantenían más cerca de ellos y los observaban con más ahínco.
Así que la presunta azúcar no había cambiado la conducta de los niños sino la de las madres.
Son los padres los que se comportan diferente con el azúcar.
En busca del eslabón perdido
Hasta el momento no hay evidencia sólida de que la cantidad de azúcar que se consume en las fiestas hace más hiperactivos a los niños.
Se han publicado menos estudios sobre este tema recientemente pero algunos investigadores siguen buscando el vínculo entre el alto consumo de azúcar durante un período largo y TDAH (4).
Señalan que así como la ingestión de azúcar en Reino Unido y EE.UU. ha aumentado en los últimos dos siglos, también ha aumentado la diagnosis de TDAH en los últimos años.
Pero eso sigue siendo sólo una correlación y los autores del estudio subrayan que se necesita más investigación para que se pueda comprobar un vínculo causal.
A pesar de sus mejores esfuerzos, las causas de TDAH siguen siendo desconocidas.
Hay, por supuesto, muchas otras razones por las que es mejor que los chicos no consuman mucha azúcar, sobre todo el daño a los dientes y el aumento de peso.
Pero parece ser que el riesgo de que se sobrexciten en una fiesta no es una de ellas. Eso va a pasar en todo caso.
[Fuente: BBC]