Las relaciones de un jefe con su empleado son de vital importancia dentro de la convivencia y eficacia de una organización, así conste de mil trabajadores o de tres.
El primer paso que debe hacerse es consolidar un compromiso entre el jefe y el subordinado (y enfocarse siempre en el lado emocional del empleado), de esta manera la empresa podrá llegar a su máximo rendimiento.
Para demostrar realmente en que consiste esto, les voy a dar un ejemplo muy claro y estoy segura que todos podrán entender.
Matrimonio: el hombre trabaja todo el día fuera de casa, mientras la mujer se dedica a estar en al cuidado del hogar y de los niños.
El que trabaja fuera de casa está seguro que deben agradecerle la dedicación que pone en el trabajo, mientras el que se queda en casa también (porque considera que esto es una labor); ambos coinciden en que su esfuerzo no se valora.
Si cambiamos los nombres a jefe y empleado podemos notar que hay similitudes considerables en su manera de pensar, con respecto al ejemplo anterior.
Sin embargo, en el trabajo no hay ningún afecto que una a las personas (mientras en el matrimonio sí). Pero en ambos casos las partes creen que su labor/esfuerzo/dedicación, no es apreciada y pasan por debajo de la mesa.
Comúnmente en las organizaciones se le da más importancia al rendimiento del trabajador que a la comodidad o motivación que éste sienta en el trabajo. Desde mi perspectiva ambos componentes deben ir de la mano para lograr los objetivos empresariales de manera correcta, evitando crisis que puedan dañar la reputación u operaciones organizacionales.
Los primero que debe mejorarse en las relaciones jefe –trabajador es la empatía, los gerentes deben entender el impacto que tiene su comportamiento en el desempeño laboral de su subordinado directo o del departamento que tiene a cargo.
Cuando los jefes transmiten y demuestra la confianza que le tiene a su gente, estas personas se sienten mucho más capacitadas, mucho más motivadas y logran tener sentido de cohesión con la empresa. Cuando se trata a sus trabajadores con respeto y aprecio, su compromiso es claramente mayor y mejor.
El segundo punto a tratar es la empatía de los empleados, esto trabaja en conjunto con lo expuesto en los párrafos anteriores, la ecuación debe funcionar en ambos sentidos.
Los empleados deben sentir que sus jefes son empleados también, porque desde una óptica distinta, el objetivo del jefe con la compañía es el mismo de los empleados –lograr cumplir los objetivos trazados-.
El punto de inicio para que una relación laboral funcione, es que cada quien tenga claro su desempeño dentro de la empresa, que exista una comunicación efectiva entre todas las partes, pero sobretodo que exista sentido de respeto hacia todos los miembros que hacen vida en una empresa, podría asegurar que ese valor es fundamental para alcanzar el éxito, no solo empresarialmente, también a nivel personal.
@sara_gm / Sara P. González