Nicolás Maduro lleva días diciendo que la oposición tiene un plan para matarlo. Hace un par de semanas detuvieron a unos supuestos “paramilitares” colombianos que habrían viajado directamente desde territorio neogranadino para acabar con la vida del Presidente proclamado por el CNE.
Más recientemente, Maduro ha denunciado que las fuerzas opositoras tienen preparado lo que él llama “un golpe eléctrico”, esto a raíz del histórico apagón de 6 horas que afectó a 18 estados de Venezuela y que todavía tiene sin luz a muchos de los 335 municipios del país.
Maduro ha denunciado igualmente, que las fuerzas opositoras fueron las responsables de la explosión ocurrida en la refinería de Amuay, en el estado Falcón, que dejó más de 40 muertos y pérdidas materiales por poco más de 2 mil millones de dólares. A Maduro sólo le falta que también culpe a la oposición por el derrame de 60 mil barriles de crudo ocurrido en las aguas del rio Guarapiche, en Maturín, estado Monagas, y de las explosiones ocurridas en la refinería de El Palito y en la de Puerto La Cruz.
Maduro también ha acusado a la oposición por el desabastecimiento de productos de primera necesidad que hoy por hoy afecta a todos los venezolanos. Según Maduro, la oposición es la responsable de que en el país no se consiga papel sanitario, azúcar, harina precocida, leche en polvo, crema dental, galletas de soda, mantequilla, etc.
Cada vez que en Venezuela se presenta un problema, como por ejemplo la gravísima crisis que hay en los hospitales, donde no hay gasas, ni inyectadoras, ni soluciones, ni miles de medicamentos necesarios para atender las emergencias, Maduro y sus 40 ladrones, saltan rapidito a culpar a la oposición.
Pero afortunadamente, los venezolanos no son pendejos. Mi abuela Julia, a quien Dios debe tener en la gloria, decía muy sabiamente, que no hay nadie más pendejo que aquel que cree que los demás lo son. El ciudadano de a pie, ese que vive en los barrios, en aldeas, caseríos y en los sectores populares de todo el país sabe perfectamente que las cosas no son como las pinta Maduro.
En las calles de toda Venezuela, comienza a escucharse cada vez con más fuerza, una frase pronunciada por muchos venezolanos, especialmente por aquellos que apoyaron desde un primer momento el proceso revolucionario iniciado por el fallecido Comandante Chávez. “Esto está cada vez peor, con Chávez no era así”, dice la gente.
Los chavistas de los barrios ya empiezan a darse cuenta que una cosa era Chávez y otra cosa bien distinta es Maduro. Existe la percepción, sobre todo en quienes siguen creyendo en el proceso, de que Maduro lo ha echado todo a perder. La gente pareciera estar convencida de que con Chávez se vivía mejor. Eso ocurre, entre otras cosas, porque Chávez tenía una extraordinaria capacidad para convencer a la gente de que los culpables de los graves problemas que vivía Venezuela eran otros y no él. Maduro no puede hacer eso. Por mucho que Maduro culpe a la oposición del desastre eléctrico, del desabastecimiento y de las explosiones en instalaciones petroleras, la gente sabe que el verdadero culpable es su gobierno.
Es un problema de credibilidad y de confianza. Los chavistas creían y confiaban ciegamente en Chávez. Pero esos mismos chavistas que eran capaces de matar por su comandante, no le creen ni una sola palabra a Maduro. Hay un grueso sector del chavismo, sobre todo de lo que llaman el chavismo originario, es decir, de aquellos que comenzaron el proceso revolucionario en el año 1982, de los que se juramentaron en el Samán de Guere, de los que participaron en la organización y ejecución del Golpe de Estado del 4 de febrero de 1992, que sabe perfectamente que con Maduro esto no va a llegar a ninguna parte.
Chavistas como Arias Cárdenas, Vielma Mora, Diosdado, y muchos otros, trabajan silenciosamente en un plan para salir de Maduro. Primero, porque no creen en Maduro, y segundo, porque saben que con Maduro la revolución, ciertamente, está en peligro.
El gobierno de Maduro no va a durar mucho. No porque la oposición esté preparando un golpe para sacarlo del poder. Primero, la MUD no tiene fuerza para organizar un golpe y segundo, el plan de la MUD siempre ha sido el de transitar el camino electoral y constitucional. El golpe de estado que estaba organizando el ex ministro de la defensa, Diego Molero, y que fue denunciado por Mario Silva, no estaba siendo organizado por la oposición.
Maduro no va a durar mucho en el poder, entre otras cosas, porque su incapacidad para gobernar es de tal magnitud, que serán los mismos chavistas los que empezaran a pedir cambio de gobierno dentro de muy pocos meses. En pocas palabras, esto está tan Maduro, que casi se cae.
Gustavo Azócar
San Cristóbal, 7 de septiembre de 2013