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«Hay que pedirle más, más, más a la vida». Canta Ricky Martin. Lo escucha su compatriota, la tenista puertorriqueña, Mónica Puig. Siente la música y se inspira. Y avanza en Wimbledon.
Con 19 años, la 65 del mundo, se metió en la tercera ronda de un torneo del cual dice estar «enamorándose» y concentró la atención de la prensa. Incluida la estadounidense, que ya le pregunta si representaría al país.
El despegue
Puig lleva meses de ensueño. Tras finalizar 2012 en el puesto 127, en abril alcanzó su primer cuarto de final en un torneo de la Asociación Femenina de Tenistas (WTA, por sus siglas en inglés). Luego llegó la tercera ronda de Roland Garros y ahora tiene la posibilidad de meterse en los octavos de final en su debut en Wimbledon.
Precisamente en los últimos meses ha contado con la colaboración de un gurú del tenis: el estadounidense Nick Bollettieri.
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El histórico entrenador desarrolló a fenómenos como Andre Agassi, Jim Courier, Monica Seles, Mary Pierce, trabajó con Marcelo Ríos, Maria Sharapova y las hermanas Williams, y entrenó a Boris Becker.
Y ahora colabora en calidad de asesor con el equipo de Puig. La vio jugar tiempo atrás y ofreció sus servicios.
«Asesoro a su entrenador, trabajo en la motivación», le dijo Bollettieri a BBC Mundo, quien presenció el partido contra Soler-Espinosa en la cancha 17 del All England Lawn Tennis Club.
Puig seguía dentro de la cancha, un puñado de puertorriqueños con banderas todavía festejaban y Bollettieri, de 81 años, dejaba la cancha tras gritarle a Puig y felicitarla por el partido.
«Es una gran jugadora, puede seguir avanzando», agregó mientras se perdía en medio de una multitud que el miércoles presenció uno de los días más extraños en la historia de Wimbledon.
Un día con casi tanta actividad en la enfermería como en las canchas -tras el retiro u abandono por lesión de siete jugadores, un récord para un día de Gran Slam-, y las despedidas de siete ex número uno.
Un miércoles donde Roger Federer, siete veces ganador aquí, cayó sorpresivamente frente al ucraniano Sergiy Stakhovsky (116) y cortó una impresionante racha de 35 apariciones consecutivas en cuartos de final de un Gran Slam.
Pero eso ocurrió bastante después de una victoria de Puig, que le permite seguir soñando.
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«Oportunidad bien grande»
La boricua lo sabe. Tiene un cuadro abierto por delante: este viernes se enfrenta a la checa Eva Birnerova (152), quien viene de jugar la clasificación.
Dice que a ella no le gusta ser la favorita, pero sabe que la «oportunidad es bien grande».
Se siente más cómoda de esa manera. Le gusta un cuadro complicado y ser el centro de atención.
«Me encanta estar en los grandes escenarios. Sueño con la cancha central. Siempre quiero el draw más difñicil, no me asusta jugar con la número 1 del mundo, quiero medirme con las mejores», le dice a BBC Mundo.
Puig dice que la colaboración con Bollettieri la va acercar al top 10. Todavía está sorprendida de lo que ha avanzado en los últimos meses, pero también sabe que podía lograrlo.
«No creo que esté lejos de ser una jugadora de élite, pero hay que trabajar», asegura.
Y ello, en su caso, implica picar piedra. De ahí nació uno de sus apodos, «pica», y un hashtag que ha popularizado en Twitter: #PicaPower.
«Cuando entrenamos, mi entrenador me decía que había que picar piedra, que había que trabajar duro. Estaba cansada y entonces empecé a usar el término picapower», dice entre risas.
Con el apoyo de Ricky Martin
A través de Twitter (@MonicaAce93) se comunica con Ricky Martin, quien le envía mensajes de apoyo y felicitaciones.
Se «conocieron» cuando el gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla, llamó a Puig tras caer derrotada en un cerrado partido con la ex número uno Venus Williams en abril, en Estados Unidos.
García Padilla se encontraba reunido con el cantante, le pasó el teléfono y la felicitó por cómo estaba representando a Puerto Rico.
«El apoyo de Ricky es algo muy lindo, muy grande, es un héroe nacional», asegura.
Se inspira con su canción «Más», que «habla de dos boricuas que creen en algo, que quieren crecer y lo consiguen».
Aunque vive desde que tienen un año en Estados Unidos, Puig vibra al hablar de Puerto Rico y, apenas puede, va de visita.
«Cuando ves que tus victorias inspiran a otros me da mucha motivación. El tenis está creciendo con mis victorias, la última vez que fui a Puerto Rico me invitaron a una clínica de tenis, me inspiró tanto que vinieran niños de 5 años a decirme ‘Mónica, quiero ser como tú'».
«Pero si no hice nada», recuerda con una sonrisa. «Eso significa que estoy haciendo las cosas bien».
Fuente: AFP