«Chavismo sin Chávez», por @richcasanova

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richard casanovaLa verdad que uno no sabe cómo llamar a la camarilla que -mientras tanto- ocupa Miraflores. Usualmente uno se refiere a ellos como “el gobierno» aunque esté consciente que en Venezuela no hay tal cosa.  En efecto, quienes deberían gobernar no se ocupan de los problemas del país sino que están dedicados exclusivamente a disimular las pugnas internas y  mantener en el poder a Nicolás Maduro, quien está sentado en una silla prestada y con solo dos patas.  Las abusivas cadenas y todas las maromas confirman que no hay gobierno,  acentúan la crisis de legitimidad y evidencian inseguridad, mucho temor.

No es apropiado hablar de «oficialismo” cuando la mayoría del país no les reconoce como legítimas autoridades y tal condición la otorgue una institución tan cuestionada como el CNE. Tampoco podemos hablar de una «revolución» pues si nunca lo fue, ahora mucho menos. Ni siquiera podemos referirnos a ellos como «chavismo» toda vez que Chávez no está y como decía Lina Ron, interpretando a los auténticos seguidores del hombre de Sabaneta: «Con Chávez todo, sin Chávez nada».   Y pensar que «la nada» fue como en algún momento el difunto llamó  a la oposición democrática. ¡Que ironía!

Llamar a esto «madurismo» es equivocado pues Nicolás Maduro no es un auténtico líder sino una circunstancia, sus carencias hablan con elocuencia.  Además, el término podría ser una afrenta para Diosdado Cabello, jefe del PSUV y según decía Luis Tascón, indiscutible cabecilla de la muy corrupta «Derecha endógena». Por cierto, esa jefatura del Tte Cabello no solo debe resultarle incómoda a «El Ilegítimo» sino también a Rafael Ramírez, que es quien paga la cuenta.

A todas estas, la familia Chávez está ausente de la escena, exceptuando al oportunista yerno, dizque Vice Presidente y al hermano botado de Corpoelec para ser reenchufado en otro cargo. Hasta Hugo Chávez está en el olvido, quedó solo para la retórica burocrática que justifica los desmanes y marramucias del «gobierno», escrito entre comillas por las dudas ya expuestas. Lo que rigurosamente se preserva de los tiempos del chavismo -además de la ineficiencia y la corrupción, hoy exacerbadas- es el rasgo militarista y el entreguismo a los cubanos, todo agravado con la presencia en Miraflores de un sujeto pusilánime, tremendamente débil y asustadizo, al punto que -según el humor popular- los 50 millones de rollos de papel higiénico que importó han resultado insuficientes.

Tenía razón Lina Ron, el chavismo sin Chávez no existe, lo que tenemos al frente es otra cosa. Algo más pervertido e inmoral. Una confederación de naturaleza hamponil por sus propósitos, intereses y actuaciones. Un régimen boqueando que se deshilacha al ritmo de las agujas del reloj. En contrapartida, en Venezuela se consolida la unidad en torno a Henrique Capriles, un líder democrático que actúa con responsabilidad y cada día se fortalece mas. ¡Recuperar al país también es cuestión de tiempo!

Por: Richard Casanova / @richcasanova

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