Conoce al venezolano que recorrió los cinco continentes en bicicleta

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Antes de convertirse en un nómada sobre dos ruedas, Rómulo Pizzica llevaba una vida normal, orfebre de profesión con especialización en engaste (montaje de piedras preciosas) en Italia y evaluador de diamantes.

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Siempre estuvo ligado al deporte, su padre fue un ex-futbolista italiano y la bicicleta estuvo siempre presente en su vida desde muy joven, la pasión por los viajes largos le nace de una travesía hecha aquí en Venezuela. Siendo también escalador y montañista, se fue con un colega a escalar el Tepui Roraima, y se llevaron las bicicletas, luego de la escalada fueron hasta la población del Paují, unos 200 kilómetros que se convirtieron en el comienzo de una pasión, en la chispa que inspiró futuros retos cada vez más ambiciosos.

Después de ese viaje, empezó a gestarse en su inquieta mente un proyecto, que le permitiese estar presente en los cinco continentes con su eterna compañera de viajes, su bicicleta.

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El desafío global del aventurero criollo empieza en Oceanía, específicamente en Australia, el kilómetro «0» de la vuelta al mundo, su gran reto personal. Aprovechando que le fue otorgado una visa de trabajo por un año, no dudó en llevarse su bicicleta pues sabía que Australia junto con Nueva Zelanda son dos de los mejores lugares del planeta para recorrer sobre dos ruedas. Su periplo australiano arrancaba en Brisbane en la soleada costa este hasta la ciudad de Melbourne en el extremo sur, aquí toma un ferri hasta la isla de Tasmania, la cual recorrió casi en su totalidad, finalizando esta primera etapa en el centro del país donde se encuentra con el Ayers Rock o Uluru en lengua aborigen, el monolito de roca mas grande del planeta. Un total de 10.000 kilómetros llenos de aventura y el más desafiante recorrido que había vivido hasta ese momento.

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Después de un año y terminada su visa vuelve a Europa por motivos de trabajo, aprovechando la oportunidad para planificar una nueva travesía, siempre con la intención de continuar pedaleando. “Europa es el lugar perfecto para cualquier viajero no solo en bicicleta, el buen estado y la gran variedad de  rutas, la seguridad, un sin fin de opciones para alojamiento y la facilidad para encontrar alimentos y agua lo hacen único” nos comenta Rómulo. Aunque todo el recorrido que efectuó no fue continuo, pudo conocer gran parte del viejo continente  rodando por toda Grecia, Italia (incluidas las islas de Sicilia y Cerdeña), Croacia, Bulgaria, Eslovaquia, Austria, Suiza, Alemania, Holanda, todo el sur de Francia, la isla de Córcega, incluyendo una vuelta a España y Portugal. En total fueron unos 6.000 kilómetros y definitivamente una de sus mejores experiencias de viaje, según nos relató. Adicionalmente también pudo escalar y hacer montaña  en los Alpes y los Pirineos, hobbies que constituyen sus otras pasiones. Gracias al hecho de poseer pasaporte de la comunidad europea, esto le permitió trabajar en varios países sin ningún problema y así poder financiar los viajes que comprendían esta etapa, siempre con las ganas de volver y conocer más de este antiguo pero variado continente.

Dos años estuvo en Europa trabajando, viajando en su bicicleta y escalando cuando decidió que ya era hora de hacer un viaje más largo y de mayor envergadura y reto, revisando la literatura de grandes rutas se enamoró de la milenaria “Ruta de la Seda” que une Europa con Asia. Esta vez era un poco distinto pues contaba con patrocinantes, lo que le facilitó mucho el viaje pues no debería parar el ningún país para trabajar. Salió desde España rumbo a Italia donde tomó un ferri en la localidad de Brindisi, al sur de la bota italiana y que lo llevó hasta Grecia, en donde tomó camino a la vecina Turquía en donde pasó por la antigua Estambul, ciudad enclavada entre dos continentes. Irán cuna del imperio persa fue su próximo país visitado, mucho se dice y poco se conoce de esta nación, quizás por la desconfianza hacia su régimen de gobierno, pero nuestro compatriota siempre fue bien tratado y muy bien acogido, una vez cruzado este país debió decidir su destino hacia la India pues existen tres opciones de ruta, una ir al norte por uno de los países que integraban la ex Unión Soviética (Uzbekistán), la otra al sur y entrar a Pakistán por Karachi y la tercera que fue la escogida, era cruzar toda Afganistán; en ese momento ocupada por diversos países occidentales que participaron en la lucha para expulsar a los talibanes del poder; el país estaba literalmente devastado por 30 años de diversas guerras y la seguridad prácticamente no existía, pero gracias al carisma de este intrépido viajero siempre se sintió muy seguro gracias a la gente y también a los militares que ahí estaban destacados  en misión de paz, completado el tramo afgano entra a Pakistán y finalmente luego de 7 meses y 9.000 kilómetros llega a Nueva Delhi, capital de la India, donde concluía su desafío asiático.

Aunque le hubiese gustado “rodar” aún más en la enigmática India, un accidente lo obligó a volver urgentemente a Europa, percance del cual le costó un año completo recuperarse antes de volver a montarse en su amada bicicleta. Luego de reponerse volvió a España donde trabajó un verano completo con la finalidad de recabar fondos para su próxima aventura. Esta vez sería hacia el continente negro, su meta era cruzar todo el desierto del Sahara de norte a sur. Tomó un ferri desde Barcelona para ahorrar un  poco de tiempo, -además ese tramo ya lo había hecho en otra oportunidad-, llegó a Tánger en Marruecos y bajó al sur hasta Marrakech para escalar el Jbel Tuobkal de 4.260 metros en solitario, luego a las Gargantas del Todra y de ahí por la costa atlántica hasta Mauritania, Senegal y finalmente Mali, su destino final, donde visitó “La mano de Fátima” para escalarla. Aquí pasó 3 semanas inolvidables y en su opinión uno de los lugares de escalada mas exóticos. A principios de enero comenzaba a hacer mucho calor y las temperaturas pueden alcanzar los 48 grados centígrados, comenzó su retorno hacia el norte para completar 5.000 kilómetros y cinco meses de un viaje únicos, de mucha aventura y calidez del pueblo subsahariano, auténticos nómadas (con quienes se identifiqué mucho) y nativos de estas tierras lejanas.

Con 30.000 kilómetros recorridos por 4 continentes solo le faltaba viajar desde casa, por ello decidió volver a Venezuela y hacer la travesía completa por Sudamérica, desde Caracas hasta Ushuaia en la tierra del fuego en Argentina. Esta vez nuevamente con varios patrocinantes, arrancó en dirección oeste hacia Valencia, Tucacas y Coro, luego Maracaibo donde hizo un alto por pocos días para cumplir con algunos compromisos publicitarios. Retomó su viaje vía Maicao, ya en Colombia siguió por la costa pasando por Barranquilla, Cartagena de Indias y de aquí franco sur a Cali, Medellín y por ultimo la fronteriza Pasto donde entró a Ecuador. Siempre estuvo viajando por la cordillera parando en Lasso, donde escaló el volcán Cotopaxi de 5.896 metros nuevamente en solitario. Continuando siempre al sur entró a Perú, cuna de la civilización Inca. Recorrió gran parte de la costa norte y visitó la cordillera blanca para un poco de escalada, bajó hasta Lima y después Cuzco, para proseguir luego entre al altiplano y el lago Titicaca, este fue uno de los parajes más interesantes de su viaje, una vez en Bolivia paró en La Paz para escalar el Huaina Potosí de 6.100 metros y por ultimo estuvo en el Salar de Uyuni donde entra a Chile, el país donde estuvo más tiempo ya que tiene casi 7.000 kilómetros de norte a sur, llegó hasta Punta Arenas donde toma un barco para cruzar el estrecho de Magallanes y desembarcar en la tierra del fuego, donde están los vientos más fuertes del planeta. Luego de 10 meses y 12.000 kilómetros llegaba a Ushuaia, donde emplea unos pocos días para visitarla, para luego partir hacia el norte hasta Buenos Aires (punto donde terminaba esta dura etapa), atravesando unos 3.000 kilómetros de Pampa y viento.

Luego de recorrer más de 45.000 kilómetros y de rodar en cinco continentes, Rómulo hará una “parada estratégica” en Venezuela para descansar y afinar nuevos planes y proyectos que tiene en mente, su inquieto espíritu aventurero nunca descansa.

Algunas de las expediciones efectuadas por Rómulo Pizzica fueron hechas gracias al patrocinio de: Uaikinima (Representante exclusivo de la marca Petzl en Venezuela), Gobike (Venta de bicicletas y repuestos) La Cordada (Venta y alquiler de equipo de montana y excursionismo), SSAI2021 (Servicios de seguridad aérea internacional, Aeropuerto Internacional de Maiquetía), Alidorate (Federacion ciclista en Modena, Italia).

Si deseas más información sobre Rómulo Pizzica puedes escribir a: [email protected] seguirlo a través del twitter: @nomadaenbici o revisar su blog: www.nomadaenbici.wordpress.com

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