Los diputados franceses adoptaron este martes de forma definitiva el texto que legaliza los matrimonios entre personas del mismo sexo, con los votos a favor de la izquierda y en contra de la oposición conservadora.
No obstante, la derecha anunció que recurrirá el texto ante el Consejo Constitucional, que deberá pronunciarse en las próximas semanas, antes de la entrada en vigor de la ley, prevista para los próximos meses.
La votación finalizó con 331 votos a favor, dos más que en la primera lectura, y 225 en contra, cuatro menos. Sin embargo, poco antes de que se produjera, el presidente de la Asamblea Nacional, Claude Bartolone, obligó a desalojar la tribuna de invitados por los gritos que lanzaban los opositores a la ley. «Los enemigos de la democracia no tiene nada que hacer en el hemiciclo», argumentó. Informó 20minutos.es
Una vez aprobada la ley, las reacciones de los diputados de la derecha, que abandonaron la cámara, contrastaron con las de los de la izquierda que, en pie, aplaudían al grito de «¡Igualdad!». En concreto, la ministra de Justicia, Christina Taubira, que amadrinó el texto, aseguró estar «llena de emoción» ante lo que consideró un «avance histórico».
«Sabemos que no hemos quitado nada a nadie, hemos dado un derecho a gente que no lo tenía. Es un texto generoso», defendió Taubire, que se emocionó especialmente al recordar a «los adolescentes que han sido víctimas de violencia por su orientación sexual». «Quiero decirles que tienen todo su espacio en esta sociedad, sin tener que preocuparse por sus gustos, por su orientación sexual. No tengáis nunca más miedo, no tenéis nada que reprocharos», les dijo.
Una ley cargada de polémica
Esta ley convierte a Francia en el décimo cuarto país del mundo que aprueba el matrimonio entre personas del mismo sexo. Una decisión que no ha estado exenta de polémica, ni en la Asamblea, donde los diputados han debatido el texto durante casi 140 horas, ni en la calle, donde sus detractores han convocado multitud de protestas.
Las más recientes, este mismo martes en torno a la Asamblea Nacional, donde casi un millar de policías se encargó de controlar dos manifestaciones separadas, aunque cercanas, de partidarios y detractores de la ley.
Aunque con la votación de hoy, tras medio año de trámites parlamentarios, se cumple una promesa electoral del presidente Françoise Hollande parece que la derecha, que ha hecho del matrimonio homosexual unos de sus principales puntos de oposición, no está dispuesta a rendirse.
Así, además del recurso ante el Constitucional, al que los expertos dan pocas opciones de éxito, algunos alcaldes conservadores han anunciado que no casarán a parejas del mismo sexo y varios diputados han asegurado que acabarán con esta ley cuando vuelvan al poder.
Mientras, se siguen convocando manifestaciones y, en los últimos días, el país ha vivido una creciente radicalización, con actos violentos, enfrentamientos con las fuerzas del orden y, según diversas asociaciones, un incremento de las acciones homófobas.