Hablamos de una inseguridad «atroz», que «nos mantiene en vilo», que «ha cobrado más de 160 mil vidas en los últimos catorce años en el país», que nos impide movernos seguros por las calles, que incursiona en nuestros hogares, que nos llena de intranquilidad. Al describir el miedo producido, decimos que «la violencia nos tiene acorralados», que «se mueve con total y absoluta impunidad», «que nos hierve la sangre». Los malandros son los dueños de la nación, incluido el gobierno.
Cuando ToriPollo trata de explicar sus causas culpa a los medios por «transmitir programas violentos», por «sembrar el odio»; «narconovelas», dice. Ni de vaina se le ocurre aceptar que es el legado más lamentable del Difunto. Invita a los pranes a «regenerarse», entiende por ésto hacerse «revolucionarios». ¡Mejor los deja como están!
¡Claro!, él duerme tranquilo, rodeado de guardianes y esbirros, parte de la herencia del Difunto. Al menos eso creía hasta hoy cuando el «Yendry» le echó la cagada de su vida, le aguó la fiesta, en plena juramentación ante el gorila de Diosdado y su combo, los proxenetas de Raúl y Evo, el sádico de Daniel Ortega y demás invitados. ¿Que dirán mis invitados?
Frío, pálido, cagado, con voz temblorosa y cara de «recogidito» solo alcanzó a decir: «falló la seguridad», las cámaras enfocaron el techo del hemiciclo, los camarógrafos no podían arriesgarse a perder su trabajo, el desconcierto se apoderó de todos, una sensación de pánico invadió a los presentes. En adelante, ese fue el rumor en todo el país, quizás en todo el mundo.
Como dice el pana Juan: «Vergación menos mal que ese chamo no mató a ToriPollo ! Ustedes se imaginan?
- Una semana de duelo
- Una semana esperando que lo embalsamen
- Otra vez elecciones
- Otro mes de ley seca
- Un peo porque, como sea, el culpable es Capriles
- Una asamblea para decidir si lo ponen al lado de Chávez o El Libertador.
Y de paso hoy viernes *beer* *beer*… Y fin de semana largo..! CDSM”
José Luis Farías