La última gran película de Orson Welles, F for Fake sigue la vida y obra de Elmyr de Hory, uno de los falsificadores de arte más exitosos del siglo XX, un hombre que engañó a críticos, curadores y galerías de varios países del mundo con obras que vendió como originales cuando, en realidad (una «realidad» que, en este caso, como aconsejaba Vladimir Nabokov hay que nombrar siempre entre comillas de escepticismo) se trataba de lienzos que él mismo hacía.
Según lo publicado en pijamasurf.com, la cinta de Welles elabora sobre los conceptos de autoría, autenticidad y cómo estas se ponen en juego en el mundo del arte, con ese tufo que nunca se disipa del todo de que, ante una obra, lo mismo podríamos estar ante el original que ante una copia y quizá no nos daríamos cuenta.
Como, por otro lado, sucede con casi cualquier aspecto de la realidad.