El matrimonio, una relación monógama entre dos personas existe virtualmente en todas las culturas del mundo, sin embargo, se ha vuelto evidente que es difícil mantener esas relaciones debido a razones sociales y también razones de bioquímica. Un grupo de científicos propone el uso de drogas que simulen el enamoramiento para mantener a parejas felices y unidas por más años.
Brian Earp explica que en la antigüedad el enamoramiento surgía entre dos personas por razones de supervivencia; un bebé tenía más posibilidades de sobrevivir si contaba con dos padres que lo cuidaran, criaran y alimentaran. Mientras más tiempo durara el enamoramiento más tiempo tenían los padres para reproducirse y criar a más infantes, y mientras más hijos tuvieran, más crecía su afecto.
El problema de las relaciones modernas es que al vivir más ya no nos reproducimos hasta morir, entonces la cuestión de supervivencia es relevante solo hasta que nuestros hijos llegan a cierta edad. Permanecer en pareja ya no es necesario para sobrevivir y como consecuencia, el amor pierde importancia.
Algunos se oponen a la intervención química en cuestiones del amor porque lo consideran algo espiritual, un enlace entre dos almas gemelas.
El especialista en ética Brian Earp y sus colegas Anders Sandberg y Julian Savulescu de la Universidad de Oxford explican que el uso de drogas amorosas no sería nada nuevo, por ejemplo, si una persona en una relación sufre de depresión, tiende a llevar a su pareja a sentirse mal también, por lo que una intervención química (anti-depresivos) los ayuda a ambos. Las drogas del amor funcionarían de la misma manera, pero en vez de felicidad general, las personas sentirían amor.
Antes de su prohibición, los terapeutas utilizaban MDMA para tratar a parejas en crisis. La droga hacía que los pacientes sintieran una especie de euforia y sentían más cariño por su pareja.
Las drogas del amor también podrían utilizarse para fortalecer las relaciones entre madres apáticas y sus hijos, por ejemplo en la Universidad de Zurich descubrieron que un spray nasal de oxitocina, conocida por ser la hormona que propicia los lazos afectivos entre madres y sus recién nacidos, también relaja a las parejas conflictivas.
Los científicos también defienden el uso de drogas anti-amor para finalizar relaciones nocivas, por ejemplo relaciones abusivas y con sectas. Actualmente los científicos experimentan cómo romper lazos afectivos usando dopamina en roedores monógamos.
Las drogas amorosas se enfrentan a muchos problemas. Algunos argumentan que un rompimiento no es nocivo ya que las sensaciones de dolor ayudan a madurar. También existe el temor que las drogas de anti-amor puedan ser mal utilizadas para “curar” a homosexuales o para terminar con relaciones funcionales.
Las cuestiones éticas que rodean a las drogas amorosas dificulta su legalización, sin embargo los científicos que defienden su uso siguen trabajando para mejorar drogas que al largo plazo fovereceran las relaciones humanas.