Hoy en día, en distintas partes del mundo existe un fenómeno que se repite constantemente dentro de las guerras, guerrillas y conflictos armados. Las fuerzas armadas de las distintas organizaciones no gubernamentales se está abasteciendo de soldados cada vez más jóvenes. En países de Africa, y en algunos de América Latina, fuerzas rebeldes y guerrillas tienen en sus filas a niños de 10 años, a quienes adiestran para convertirlos en verdaderas máquinas de matar.
Lo que antes podría ser parte de un guión de una cinta de Tarantino, hoy es una realidad, y para muestra de esto, sólo falta ver los que sucede en Libia, país africano que vivió un conflicto armado, que culminó con la muerte de Muamar al Gaddafi.
El coronel Gaddafi solía tener una guardia personal constituida por puras mujeres, quienes estaban a su disposición y lo cuidaban de cualquier atentado. Dentro de esta guardia personal existe una chica llamada Nisreen Mansour al Forgani una chica de 19 años.
Tal y como si estuviéramos hablando O-Ren Ishi personaje de la película Kill Bill quien desde muy pequeña se convirtió en una asesina profesional, y algo muy similar pasó con Nisreen Mansour.
De acuerdo con el sitio impre.com esta chica tiene los ojos grandes y marrones; es una de las miles de chicas que conformaban la milicia femenina de Gaddafi. Fue una decisión supuestamente ajena a ella. Sus padres se separaron cuando era pequeña y, tras comprobar que no se entendía con la nueva mujer de su padre, se fue a vivir con su madre.
Ésta era amiga de Fatma al Dreby, la mujer a cargo de las tropas femeninas del ejército libio. No tardó en darse cuenta del diamante en bruto que tenía en Nisreen, de 19 años, joven y hermosa. Justo lo que buscaban.
En cuanto la madre enfermó de cáncer la reclutó, en un proceso que Nisreen describe con pocos detalles. El caso, insiste ella, es que acabó internada en un campo de entrenamiento en Trípoli. "Había otras mil chicas de toda Libia", recuerda. Nisreen fue instruida en el uso de armas de fuego. Su destino era ser francotiradora. Explica el sitio dailymail.com.
Al igual que sus compañeras, estuvo a cargo de Fatma, una fiera defensora del régimen de Gaddafi. "Me avisaron de que, si mi madre decía algo en contra de Gaddafi, debía matarla. Si yo decía algo malo del líder, me daban una paliza y me encerraban en mi cuarto. Y si algún día llegaban los rebeldes, nos violarían". Pero para eso no hicieron falta rebeldes: cada vez que recibían la visita de un oficial del ejército libio, Fatma la reunía con él. Con el tiempo, el oficial se la pasó a su sobrino. A cambio, Fatma recibía regalos.
Entonces estalló la revolución. Las cosas se recrudecieron. Fatma ya no parecía estar al mando de la situación y eso, en semejantes circunstancias, resultaba terrorífico. Un día, Nisreen fue conducida a un edificio en el distrito de Bosleem con un rifle AK-47 entre las manos. Una mujer negra vigilaba la puerta.
"Los prisioneros rebeldes estaban atados bajo un árbol fuera", recuerda Nisreen. "Uno por uno, los fueron metiendo en la habitación. Había tres seguidores de Gaddafi dentro. Me dijeron que si no disparaba, me matarían. Algunos parecían haber sufrido una paliza. Otros la recibieron ante mis ojos. Intenté no matarlos. Me volví y disparé sin mirar. Cada vez que dudaba, uno de los soldados desactivaba el seguro de su rifle y me apuntaba con él. Maté a diez, quizá once, en tres días. No sé qué habían hecho".
Nisreen aseguró haber escapado poco después de su último asesinato. Saltó por la ventana de la habitación, en un segundo piso, y huyó cojeando del edificio. Al poco tiempo, fue encontrada por los rebeldes, que la cuidaron en una mezquita. "Y entonces me trajeron aquí".
"Aquí" es Martiga, un hospital militar de Trípoli, donde Nisreen se recuperó de su huída. Guardó cama bajo el efecto de los sedantes y la mirada de los guardias. No saben hasta qué punto su historia es verdad. No hay más pruebas que su testimonio. Los médicos que la atienden, entremezclan sus cuidados con recriminaciones por su pasado. La llaman "La francotiradora".
Precisamente, quien se encargó de vigilarla es una chica de su misma edad. También esgrime un rifle. Si Nasreen pudiera ponerse en pie, se diferenciaría muy poco de ella. Dos chicas en edad de estudiar, sumidas en un conflicto cuya resolución se les escapa; ahora que el conflicto "llegó a su fin", reportes indican que será juzgada, informa Fandaily.com