Llega el año nuevo y, con él, es inevitable que realicemos nuestro particular listado de propósitos. Hay uno en el que coincidimos muchas de Nosotras: apuntarnos al gimnasio. ¿Te suena, verdad? Pues desde aquí te damos las claves para que lo elijas bien y, de esta forma, aprendas a ser constante.
Lo más importante es que debe estar cerca de tu casa o de tu trabajo. La idea es que ir te resulte cómodo y fácil, para que no te pueda la pereza. Algunos cuentan con parking, lo cual también es muy recomendable sobre todo en invierno.
Muy importante también es el precio, debes mirar lo que incluye la cuota, como por ejemplo servicio de toallas, utilización de taquillas, si todas las clases que se imparten están incluidas, si puedes acceder a la piscina (si la hubiera), etc. Muchos gimnasios tienen diferentes tarifas según lo que está incluido y también según la hora de acceso. Normalmente por la mañana son más económicos, ya que es cuando menos gente va.
Si estás interesada en recibir una clase específica o en utilizar alguna determinada máquina, comprueba o bien que el horario de impartición es adecuado para ti (y que no lo modifican constantemente) o bien que disponen de esa máquina (y sin coste).
El día que vayas a informarte, date una vuelta por el gimnasio y comprueba el estado de las instalaciones (duchas y vestuarios incluidos) y del material deportivo. Solicita una entrada para que puedas ir un día con calma y hacer algo de deporte, es la mejor forma de saber si es lo que estás buscando.
Aunque las tarifas semestrales o anuales sean más económicas, no es recomendable que adquieras una de ellas hasta que hayas ido por lo menos dos meses. A partir de ese momento sabrás si eres constante y si merece la pena seguir pagando.