“Maduro le dijo a Diosdado, que le había dicho Raúl y que a su vez la había dicho Fidel, que Chávez no puede venir a juramentarse el 10 de enero por estar “muy” delicado de salud”. Este es un comentario que si bien es cierto, le hace honor al humor venezolano, no es menos cierto que es una triste realidad para la soberanía de nuestro país, comenzó a circular por las redes sociales el jueves nueve de enero, después que la “flamante” presidenta del Tribunal Supremo de Justicia anunciara en rueda de prensa transmitida en cadena de radio y televisión, que el presidente Hugo Chávez no tenía porque juramentarse por ser un presidente reelecto y estaba en funciones.
Igualmente, y tal como actúan en los gobiernos comunistas, Luisa Estella Morales (no le decimos magistrada porque ningún magistrado puede atropellar la constitución de esa forma), agregó que todo el gabinete, incluyendo al Vicepresidente, podían seguir gobernando hasta la eternidad porque Chávez no había “decretado” su falta temporal al trabajo.
La decisión tomada por Diosdado en la Asamblea Nacional y ratificada por Luisa Estela Morales, Presidenta de la Sala Constitucional del TSJ, quien por cierto, es especialista en derecho agrario, es cuestionada por el 99% de los abogados constitucionalistas, quienes sostienen que se ha producido un golpe de estado contra la democracia venezolana. Los constitucionalistas afirman que el artículo 231 de la Constitución Nacional, en ninguna de sus partes dice que el presidente puede juramentarse cuando le de la gana, sino que establece claramente el 10 de enero cuando termina un período de seis años y comienza otro. La AN y TSJ alteraron el texto constitucional sin estar facultado para eso, ya que solo el pueblo soberano puede hacer en acto constituyente.
La democracia venezolana está siendo atropellada por todos los poderes que están secuestrados por el castro-comunismo-chavismo y los venezolanos que tenemos ADN democrático en nuestras venas, estamos obligados a defenderla y luchar por un país donde nadie nos obligue a tener un pensamiento único ni rendirle culto a la personalidad del gobernante, tal como ocurre en los países comunistas. Estamos obligados a entregarle a nuestros hijos y a nuestros nietos, un país mejor que el recibido de nuestros padres y nuestros abuelos, que lamentablemente no es este donde vivimos ahora.
Cuando el soberano Congreso de Paraguay, respaldado por el Tribunal Supremo de ese país, destituyó por corrupto al presidente Fernando Lugo y juramentó como presidente encargado hasta que se realice otro proceso electoral, al Vicepresidente Federico Franco, quien fue electo en el mismo proceso y con los mismos votos que Lugo, los presidentes de todos los estados de UNASUR y MERCOSUR, inmediatamente expulsaron a Paraguay de sus filas.
En Venezuela no sabemos donde está el presidente Chávez, los del gobierno nos dicen que está en Cuba recuperándose de un cáncer, pero no hay veracidad sobre esa información, al extremo que ni siquiera firmó la carta para informarle a la AN que no podía juramentarse el 10 de enero. Igualmente el canciller de Brasil por instrucciones de su presidenta viajó a la Habana para enterarse de la salud de Chávez, y le dijeron que no podía verlo.
Queremos ver si MERCOSUR y UNASUR, actúan con la misma rapidez en Venezuela cuando mediante un golpe de estado a la Constitución Nacional, la Asamblea Nacional y el Tribunal Supremo de Justicia, instalaron como presidente de la republica a Nicolás Maduro, sin haber participado como candidato el 7 de octubre y donde la mayoría de los venezolanos voto por Hugo Chávez.
Es importante recordar que muchos funcionarios de los gobiernos de UNASUR cuando eran perseguidos por las dictaduras militares de sus países, recibieron solidaridad y acogimiento en Venezuela por parte de nuestros gobernantes hasta el año 98, pero hoy por las dadivas petroleras que les da el gobierno de Chávez, voltean para no ver lo que pasa en nuestro país.
Por Gerónimo Figueroa / @lodicetodo