Desde hace un par de días circula en Internet un invento que ya muchos han considerado fascinante o por lo menos atractivo: una almohada con la singular forma de medio torso humano y un brazo, el izquierdo, dispuesto de tal modo que una persona puede arrellanarse en este hueco.
El artilugio se vende con el nombre de Boyfriend Pillow, Almohada Novio, y en tiendas del Reino Unido se encuentra entre las mercancías de mayor venta.
“Como cualquier mujer quieres sentirte abrazada por un hombre real, pero quisieras evitar los ronquidos, los olores, los tosidos y las vueltas, ¿verdad?”, pregunta la campaña publicitaria a las potenciales compradoras.
En Estados Unidos el producto se vende como una prótesis afectuosa para aquellas personas cuya pareja se encuentra lejos por razones de trabajo o militares. “Las solteras que deseen sentir el tacto de un hombre, sin realmente estar con uno, también la amarán”, agrega el fabricante.
Sin duda un objeto un tanto difícil de clasificar, rayano en lo cómico, lo desolador e incluso lo ilusorio de pensar, por un lado, que un dummie puede sustiuir el contacto humano y, por otro, que puede establecerse una relación humana aséptica, libre de todo eso que, en cierto modo, más humanos nos hace.