La menor cantidad de agua requerida para su conservación, su reducido coste de mantenimiento y el mayor número de horas de utilización convierte al césped artificial en un superficie cuatro veces más rentable para la práctica del fútbol que la hierba natural en coste por hora de uso.
Así se desprende de un estudio realizado por el Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV), entidad que acumula varios años de experiencia en el estudio de las cualidades del césped artificial para garantizar la seguridad del deportista y la espectacularidad de la práctica deportiva en estos campos.
Fruto de estas investigaciones surgió el césped artificial de tercera generación, capaz de mejorar la interacción del jugador con la superficie y de minimizar las lesiones ocasionadas en el terreno de juego.
El coste anual de un campo de fútbol de césped natural es aproximadamente de 40.000 euros y necesita una atención continua, cifra que contrasta con las de la superficie sintética. Así, según el IBV, para mantener un campo de hierba artificial se requieren unas intervenciones rutinarias que puede realizar el propio personal de la instalación y aproximadamente se precisan cuatro actuaciones específicas al año con un coste de 8.000 euros a razón de 2.000 por cada actuación.