Durante las últimas semanas Huawei ha tenido graves problemas de imagen que ha causado la pérdida de confianza de gobiernos alrededor del mundo (en ocasiones sin ninguna razón específica) y costándole la pérdida de importantes contratos. Para intentar recuperar la confianza del gobierno australiano, el jefe de la compañía en ese país, John Lord, ofreció tomar un paso sin precedentes: permitir que los burócratas revisen todo el hardware y cada línea de código sin restricción alguna. La compañía incluso estaría dispuesta a ayudar en la creación de una agencia gubernamental que se dedique a aprobar los equipos de todos los fabricantes de la industria antes de permitir su venta en el país.
Por ahora Huawei no ha recibido respuesta a su ofrecimiento. El gran problema es que muchos contratos ya se han perdido y muchos más podrían perderse si la compañía china no consigue probar de que sus equipos no tienen ningún tipo de orificio de seguridad. De todas maneras, y como ya lo habían dicho ante el gobierno estadounidense, aseguran que "profunda investigación" probará que Huawei es una institución comercial normal y nada más.