De acuerdo con un experimento recientemente realizado por psicólogos del Wellesley College, en Estados Unidos, las mujeres que estando en su periodo fértil tienen que negociar un aumento de salario con un subalterno, ofrecen una cantidad mucho menor si es una mujer atractiva con quien tienen que llegar a un acuerdo.
En la prueba los investigadores situaron a varias voluntarias frente a una contraparte virtual, con quien tendrían que entablar un juego económico en el que cada una de las participantes debía hacer una oferta a su compañera de mesa, guardando el resto para sí. El experimento terminaba con una evaluación, en una escala de 10, del atractivo físico de la susodicha.
De acuerdo con los resultados, las mujeres en su periodo fértil hicieron ofertas menores a las mujeres que consideraron más atractivas, en promedio ofrecieron un 25% menos en comparación con las menos agraciadas. En contraste, aquellas que se encontraban en un estado de baja fertilidad estaban dispuestas a ceder a las mujeres de mejor apariencia hasta 20% más que a las menos atractivas.
Esto se explica, según los psicólogos, porque las mujeres de baja fertilidad son menos competitivas para con sus semejantes de mejor aspecto. Al parecer se trata de una reminiscencia de tiempos primitivos, la época de la caza y la recolección, en que una mujer tenía que ver por su supervivencia y negar recursos a otras que podrían estar compitiendo por un buen hombre.
“La competencia por los recursos es importante porque las mujeres necesitan adquirir productos —ropa, maquillaje, accesorios, y demás— que consoliden su atractivo. Al ofrecer menos a mujeres atractivas y guardarse más para sí, las mujeres fértiles pueden ayudar a mejorar su propia apariencia y debilitar la habilidad de una competidora para hacer lo mismo”, explicó Margery Lucas, una de las investigadoras responsables del estudio, quien también aconseja tomar en cuenta este factor antes de emprender una negociación salarial.
La investigación nos hace reflexionar sobre las conductas heredadas, supuestamente primitivas pero que transmiten el instinto en toda su fuerza de supervivencia, que siguen influyendo en nuestras acciones, muchas veces sin que lo notemos de manera consciente.