«Cambio de seña» por @noelvalderrama

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noel valderramaLos recientes resultados electorales dan una muestra clara de la Venezuela que tenemos. O mejor dicho, de esa Venezuela dividida que tenemos, pese a que muchos se niegan a reconocerlo. El país vio con la cantidad de votos, que apenas cinco puntos separan a cada sector de la mitad de la población. Lo que obliga a que ambos sectores deban mirarse mutuamente y, luego a lo interno, para entender lo que está pasando.
Para la oposición, es una clara señal de que todas las actuaciones anteriores al año 2006, estuvieron equivocadas. Fue a partir de ese año cuando los líderes decidieron asumir con gallardía la evidente decisión de encausar las cosas hacia el reconocimiento de los resultados y la construcción de una nueva oposición. El gobierno es necesario que entienda  que hay una muralla de personas que quieren trabajar, crear, producir, progresar. Un grupo de personas que no cederá ante las insistentes presiones gubernamentales porque está convencido de que el camino es otro. Y eso no es un crimen. La oposición debe hacer algo que hasta ahora creía que no era necesario y que gracias a Henrique Capriles Radonski se demostró que era un error. Mirar al pobre como amigo y no como una ficha en la tabla del ajedrez electoral. Algo que el Presidente usó al principio y que luego olvidó, pero que al no haber propuestas reales opositoras, terminó capitalizando. El respeto hacia el pobre debe ser real y no una mera estrategia de marketing. Debe ser total y no sólo de los políticos. Es necesario que exista un acercamiento entre un sector y otro. Pero el primer paso debe ser del sector que tiene la inmediata capacidad de entenderlo porque además fue ese sector el que se alejó del pobre y lo dejó a su suerte, haciéndolo caer en las redes de un hombre sin escrúpulos que  supo transformar ese enojo, soledad y frustración en fuerza para hacerse con el poder y aplastar al otro bando.
Los artistas deben culturizar, los políticos y gobernantes, orientar y capacitar, los colegios y universidades dar oportunidades, los empresarios solidarizarse, los deportistas entusiasmar, etc., todos deben ser parte de esta nueva forma de recuperar a Venezuela. Una reconstrucción necesaria porque de perpetuarse la forma en cómo se llevan las cosas en este país, terminaremos en una sociedad aniquilada como Libia, Irán y Siria.
Nuestro país está arruinado, pero su pobreza ha sido contenida gracias a un barril de petróleo que se ubica sobre los 100 dólares. ¿Qué pasaría con una caída violenta de los precios? ¿Cómo nos encontraremos
ante tal eventualidad? Una sociedad dividida entre la miseria será imposible reconstruir. Necesitamos mirar al vecino, preocuparnos por sus problemas, interesarse por afrontarlos y ayudarlo a resolverlos. Es difícil,
sabemos que lo es. Pero es la única forma de no perder la patria, como las dos repúblicas que perdimos antes de alcanzar nuestra independencia. Tenemos una nación que poco a poco se está levantando sin valores, principios ni lealtades espirituales.
Estamos hablando de crear algo más allá de la responsabilidad social empresarial que tantas veces escribimos; hablamos de algo más allá de hacer proyectos comunitarios en universidades y colegios; de algo más
allá de visitar al pobre en época electoral; nos referimos a comprender la pobreza y tender la mano sin lástima, humillaciones, manipulaciones, ni insultos. Lo que pedimos es un cambio de seña para tratar al menos favorecido como un igual y darle las mismas  oportunidades para que alcance su propia riqueza.

Por Noel Valderrama / @noelvalderrama

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