El mundo tiende a celebrar el ingenio y la fuerza de las grandes civilizaciones que han prosperado al someter de forma exitosa a la naturaleza.
Pero igual de fascinantes son las que una vez fueron grandes civilizaciones forzadas a someterse al poder caprichoso de la naturaleza.
A continuación encontrarás siete ciudades antiguas (casi todos declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO) que hablan del triunfo y la derrota de cara a condiciones dramáticas. Quizá también ofrecen un relato de advertencia para el mundo moderno: no importa qué tan avanzada sea la civilización, nosotros, a menudo somos menos poderosos que la naturaleza.
Pompeya, Italia
Dieciséis años antes de que el monte Vesubio envolviera a Pompeya en un sudario mortal de ceniza y gases nocivos, un poderoso terremoto sacudió la ciudad de Roma, donde los edificios fueron destruidos y cientos de personas perdieron la vida. Pero el pueblo trabajador de Pompeya rápidamente se puso a reparar los daños, restableciendo la bella ciudad a su antiguo esplendor. No tenían idea de que les esperaba algo mucho más destructivo.
Entonces, en la mañana del 24 de agosto, 79 d.C., el Vesubio hizo una espectacular erupción, enviando sucesivas oleadas asfixiantes de ceniza espesa, roca caliente y gas volcánico sobre la ciudad durante el día y la noche. Aquellos que no huyeron a tiempo fueron asfixiados, quemados y enterrados bajo cenizas de varios pies de espesor.
Actualmente, la antigua ciudad de Pompeya ofrece una imagen detallada de la vida en una próspera ciudad romana de hace 2.000 años.
Los visitantes pueden ver una fascinante exhibición de artefactos: habitaciones intactas y amuebladas, estatuas finamente forjadas en bronce e inquietantes pinturas bien conservadas y mosaicos que representan personas tan llena de vitalidad, que uno no puede evitar sentir una afinidad por aquellos cuyas vidas terminaron en tal agonía. Aún se pueden ver moldes en yeso detallados de las víctimas; un estremecedor recordatorio de las vidas que fueron acortadas.
¡Ay! La antigua Pompeya se ve amenazada de nuevo; esta vez por un exceso de visitantes y una serie de inundaciones en años recientes que han causado una gran cantidad de daños a algunos de sus más famosos lugares, algunos de los cuales han sido cerrados al público.
Para más ideas para planificar tu visita, podrías ir a ver «Pompeya», una nueva película en 3-D que describe las últimas horas de la ciudad.
15 ruinas antiguas que podrías no conocer
Tiwanaku, Bolivia
A más de 3.810 metros en los Andes bolivianos cerca de la orilla del lago Titicaca, esta misteriosa ciudad preincaica una vez fue el centro religioso y político de la cultura tiahuanaco, que gobernó un vasto imperio andino. Los arqueólogos generalmente fijan su origen alrededor del año 1.200 a.C. pero algunos creen que la ciudad podría ser mucho más antigua.
Cualquiera que sea el caso, el pueblo Tiwanaku (o Tiahuanaco), prosperó entre 400 d.C. y 900 d.C. Dejaron evidencia de una sociedad con una habilidad tecnológica impresionante y una cosmología altamente desarrollada.
Como no tenían bestias de carga, la gente de Tiwanaku logró transportar enormes bloques de piedra, algunos de los cuales pesaban varias docenas de toneladas, por varios kilómetros, para construir templos religiosos y las altísimas estatuas monolíticas que vigilan sobre ellos. Las estructuras se construyeron según especificaciones astrológicas para seguir el progreso del sol y marcar los cambios de estación; esto era algo muy importante para un imperio sostenido por la agricultura.
Actualmente es difícil imaginarse que esa tierra árida, sin árboles, podría producir una buena cosecha de papa, quinoa, maíz y hasta melocotones. El esfuerzo colectivo de la ciudadanía para cultivar esta tierra le permitió prosperar y ellos se llevaron los beneficios.
El imperio de Tiwanaku con el tiempo se expandió para incluir la mayor parte de Bolivia, así como el territorio que actualmente ocupan Perú, Chile y Argentina. Pero durante el siglo XII d.C., el imperio se derrumbó. La teoría que prevalece actualmente es que el cambio climático causó el fracaso de las cosechas, lo que finalmente llevó a la desestabilización del gobierno.
Una de las escenas más icónicas en Tiwanaku es la Puerta del Sol, un imponente portal rectangular labrado de un bloque de piedra único de 45 toneladas, que se encuentra sobre el Templo Kalasasaya. Está tallado con símbolos que representan a un poderoso dios, así como elementos de un calendario astrológico. La pirámide de Akapana es otra cosa que no te puedes perder, al igual que las columnas de arenisca roja con cabezas talladas, que posiblemente representan la práctica de la exposición en público de las cabezas cortadas del enemigo.
Las compañías de viaje que operan fuera de La Paz pueden llevarte a Tiwanaku en menos de una hora. También puedes visitar el Museo Regional de Cultura de Tiwanaku, para observar colecciones de artefactos de piedra y cerámica.
Skara Brae, Escocia
Skara Brae, más antigua que las pirámides egipcias y Stonehenge, es una aldea de agricultura de hace 5.000 años junto a las dunas de arena blanca de la bahía de Skaill, en la más grande de las islas Orcadas. La aldea del neolítico mejor preservada en el norte de Europa fue descubierta en 1850 después de que una poderosa tormenta azotó este archipiélago al norte de tierra firme escocesa.
Las casas se encuentran en grandes montículos hechos de estiércol o residuos domésticos. Parte de la razón por la que tantos detalles de la aldea se conocen hoy en día es que los muebles, al igual que las propias viviendas, a menudo eran hechos de piedra.
Muchos de los contemporáneos arqueológicos de Skara Brae no están tan bien conservados, porque sus estructuras fueron hechas de madera. No así en una isla azotada por el viento, donde la madera era difícil de conseguir.
Después de miles de años de haber sido habitada, investigaciones sugieren que el cambio climático, tal vez responsable de las brutales tormentas de arena, podría haber llevado a los aldeanos a abandonar el asentamiento hace más o menos 2.500 años.
Mesa Verde, Colorado
En la quietud de una tarde de verano en el Parque Nacional de Mesa Verde, es fascinante contemplar la red de aldeas que una vez se extendieron a través de la meseta de Colorado.
Durante 700 años, iniciando más o menos en el año 600 d.C., el Pueblo Ancestral, también conocidos como los Anasazi, vivieron en mesetas cubiertas de árboles y en elaborados edificios de varios pisos construidos en los lados de acantilados de arenisca que eran su refugio. Más de 4.000 sitios arqueológicos han sido descubiertos aquí, y nuevos descubrimientos ocurren regularmente.
A veces a más de 2.438 metros, este era un ambiente difícil en donde construir una civilización. Las personas tenían que sobrevivir veranos calurosos e inviernos de temperaturas heladas. Las personas del Pueblo Ancestral cazaban y cultivaba maíz, frijoles y calabacines, y desarrollaron maneras innovadoras de almacenar agua, incluyendo reservas y presas.
Pero para el año 11.300 d.C., parece que sus avances en la irrigación y la agricultura fueron insuficientes de cara a una sequía que duró varias décadas y secó varias fuentes de agua. Esto, quizá, aunado a la degradación ambiental y a las presiones políticas, pudo haber causado que la civilización del Pueblo Ancestral abandonara sus magníficas mesetas.
Es posible hacer un recorrido por varias de las viviendas en el acantilado de Mesa Verde, entre ellas el Cliff Palace & Log House de 150 habitaciones, así como el Spruce Tree House y Balcony House.
De ellos, solo el Spruce Tree House permite recorridos sin guía; para ver la mayoría de viviendas en los acantilados, los visitantes deben tomar un tour guiado por un guarda. En el sitio web, hay más información acerca de tours, la historia y ecología del parque.
Petra, Jordania
No es difícil entender por qué Petra es uno de los sitios arqueológicos más famosos del mundo, el cual se hizo aún más famoso por su aparición en la película de 1989 «Indiana Jones y la última cruzada». Cercada por montañas y pura roca, la ciudad fue tallada de enormes acantilados de arenisca de color rosado hace 2.000 años por los nabateos, una tribu árabe.
A pesar de su ubicación en un árido desierto propenso a inundaciones repentinas, el sofisticado sistema de agua de los nabateos ayudó a que Petra sobreviviera y creciera hasta convertirse en un importante centro de rutas comerciales que unen a China, India, el Mediterráneo y Medio Oriente. En su apogeo, enormes caravanas comerciales pasaban a través de la ciudad.
Petra finalmente cayó bajo el dominio romano y una serie de terremotos poderosos apresuró su declive. Con el tiempo fue abandonada, a pesar de que tribus beduinas continuaron vigilando las magnificas ruinas.
Para visitar Petra, debes caminar, montar a caballo o tomar un carruaje tirado por caballos a lo largo del camino Siq, un estrecho pasaje de arenisca brillante de color rosa-naranja. Al final del Siq se encuentra el magnífico Al Kazhneh, o «El tesoro», tallado de un acantilado y el que una vez se creyó albergaba fabulosas riquezas. A medida que el valle se amplía, se revela el máximo esplendor de Petra: tumbas elaboradas, misteriosas cuevas y un anfiteatro construido de la ladera. Dos museos dentro de Petra exponen el arte y los artefactos de la ciudad.
Knossos, Grecia
A 8 kilómetros tierra adentro de la costa de Creta, Knossos fue el centro de la civilización minoica, una poderosa cultura de la Edad de Bronce que se desarrolló entre más o menos el año 3.000 a.C. y 1.400 a.C. Según el mito, el dios Zeus tuvo un hijo, Minos, quien se convirtió en rey de Knossos.
Entre las muchas leyendas acerca del rey Minos, está la que dice que su esposa dio a luz al Minotauro, un monstruo come hombres que era mitad humano, mitad toro. Dédalo, un artesano ateniense, diseñó un laberinto donde atrapar al Minotauro, y más adelante, él mismo quedó atrapado ahí.
Aunque hay mucho debate erudito acerca de la existencia y ubicación del laberinto, los mitos hablan de la influencia regional del imperio minoico. Alimentado por el comercio y su dominio del mar, Knossos se convirtió en una ciudad avanzada con agua corriente, calles pavimentadas y bellas artes, incluyendo trabajo elaborado en metal, cerámica y brillantes frescos. Pero cuando los griegos de tierra firme finalmente tomaron el control de Creta, la civilización minoica ya se había empezado a venir abajo. ¿Por qué?
Hay teorías conflictivas sobre qué exactamente destruyó a los minoicos.
La mayoría involucra una erupción volcánica masiva en la cercana isla de Santorini, la cual envía una explosiva columna de gas y ceniza a varios kilómetros en el cielo. Algunos científicos creen que la fuerza del volcán causó un tsunami e incluso podría haber alterado el clima. De ser así, el resultado para los minoicos habría sido devastador: infraestructura seriamente dañada, el corazón de su centro de negocios destruido, sus cosechas arruinadas. En un par de generaciones, Knossos y la más amplia civilización minoica apenas eran capaces de defender su territorio.
Entre lo más destacado está el Palacio de Knossos. A veces caracterizado como una ciudad en sí mismo, tenía un enorme patio central, baños públicos con agua corriente y cientos de habitaciones que funcionaban como santuarios, talleres, áreas de almacenamiento y vivienda para un rey y su gran hogar. Tampoco te puedes perder las copias de frescos vibrantes con delfines y bailarinas en los apartamentos reales.
La ciudad perdida de Atlántida
Durante siglos, los eruditos han estudiado y debatido sobre la ubicación de la ciudad perdida de Atlántida, la cual Platón, el antiguo filósofo griego dijo era una ciudad que fue sumergida debajo del mar de la noche a la mañana. ¿Pero fue esto mito o realidad? Si es verdad, ¿dónde se encuentra exactamente la Atlántida? Las teorías se han extendido desde Chipre, África del Norte, hasta Santorini. (¿Recuerdas el volcán que se cree destruyó Knossos?)
En 2011, un equipo internacional de investigación fue noticia importante con el anuncio de que podrían haber descubierto la Atlántida al sur de España, enterrada en las marismas del Parque Nacional Doñana.
Utilizando un radar especializado y herramientas para trazar mapas bajo el agua, encontraron evidencia de que el lugar había sido habitado por humanos y sugirieron que podría tratarse de la Atlántida, reclamada por el mar durante un antiguo tsunami. Aunque la teoría fue fuertemente rechazada por algunos, la investigación continúa.
Para los viajeros dotados con un poco de imaginación, un viaje a Doñaña será provechoso, sin tener en cuenta la precisión de la afirmación.
Para empezar, el parque se encuentra a menos de una hora de Cadiz y Sevilla, dos ciudades históricas que todos deberían tener en su lista de cosas por hacer antes de morir. No podrás caminar entre ruinas, pero esta Reserva Biósfera de la UNESCO, con su rica diversidad de aves y otro tipo de vida salvaje, es una ubicación impresionante donde contemplar una civilización perdida.
[Fuente: cnnespanol.cnn.com]