La elegancia en el vestir no es un tema baladí. Lo que mostramos al exterior mucho tiene que ver con la procesión que va por dentro. La forma y el fondo están inexorablemente relacionados y condenados a entenderse. Lo uno afecta y determina lo otro. Y viceversa. Como dice Gay Talese: «cuando me visto con uno de mis impecables trajes, mi espíritu se eleva, sube mi autoestima y me muestro como el detallista que soy». En el hombre, algunos puntos clave mejoran el resultado final de inmediato.
1. La talla
A menudo el mayor error de los hombres es no llevar un traje ajustado a sus medidas. Las chaquetas con hombros demasiado amplios, los pantalones tipo Groucho en “el Camarote de los hermanos Marx” ni favorecen ni son actuales. El ancho de la pierna tiene que ser medio, ni en plan rockero ni en plan años 50.
2. Los zapatos
Teniendo en cuenta que se trata de la pieza más importante para ir bien y sentirse cómodo, el mayor lujo es hacérselos a medida. Si no es posible, es mejor apostar por un buen par que por tres de calidad dudosa.
3. Las camisas
Olvidemos los modelos globo y las camisas de serie sin probarlas primero. La camisa debe quedar ajustada sin agobios. Sin afán de ser repetitivos, si no encontramos el corte perfecto en alguna marca de prêt-à-porter, nada como el «a medida». Pocas camisas, pero buenas.
4. Los detalles
Los hombres tienen pocas opciones donde elegir. Por eso el nudo de la corbata, los calcetines o el cinturón deben ser impecables. En caso de duda, prudencia.
5. La Sencillez
Combinar dos colores mejor que tres. No llevar demasiados accesorios ni que sean recargados. Colores sencillos, favorecedores y prendas sin grandes estampados.
Fuente [Abc.es]