El dicho “cuentas claras, amistades largas” aplica en todos niveles, incluso con la propia pareja. Aunque dicen que el amor lo puede y lo perdona todo, las discusiones por dinero pueden llevar a un divorcio.
En un estudio de la Universidad de Virginia en Estados Unidos, se encontró que las parejas que discuten por esta causa, tienen un 30% más de probabilidades de divorcio.
En México, según una encuesta de PayPal, una de cada diez duplas mexicanas, ha terminado por desacuerdos financieros.
1. Comunicación, lo primero
Es imprescindible saber cuánto dinero entra en la casa quincenalmente, así como la situación económica en la que está cada uno de los integrantes de la pareja, dice Juan Carlos Pérez, director de la carrera de Administración y Finanzas del Tecnológico de Monterrey, Campus Santa Fe.
Clarificar esos puntos facilitará establecer un plan de acción y presupuestos.
2. Definan sus roles
Una vez definida la cantidad de dinero es conveniente armar un plan.
Mary Claire Allvine y Christine Larson, autoras del libro Important Money Decisions You’ll Ever Make, proponen el sistema CFO (Chief Financial Officer o director de finanzas) en donde se maneja el dinero como si fuera una empresa asignándose dos roles: el administrador de dinero y el de inversiones.
Uno será el encargado de supervisar cuentas de bancos, llevar el talonario de cheques y archivar las facturas (si recordar fechas no es tu fuerte, no elijas ese rol). El otro deberá revisar lo relacionado con el pago de deudas (como hipotecas, préstamos para comprar un automóvil) y proponer a la pareja ideas para ahorrar u obtener una ganancia extra que los ayude a cumplir sus metas económicas.
Tip: Ambos deben trabajar en armar su presupuesto; esto no es más que anotar en una hoja el dinero que entra y sale de casa, para tener mayor control de cómo van manejando el dinero.
3. Presupuesto: junto y separado
Las obligaciones financieras de los gastos deben compartirse en forma equitativa.
Una sugerencia es que la persona con menos ingresos cubra pagos como teléfono, comida, gas o luz. El de mayor salario se encargue de la hipoteca y el auto. Pero ambos deben poner de su bolsillo, eso crea una “responsabilidad compartida.”
Tip: Si hay un objetivo económico personal, es importante que la contraparte lo conozca, para evitar conflictos.
4. Con miras al futuro
Una meta en común debería ser ahorrar. La sugerencia es que cada uno ponga el 7% de sus ingresos. Con ese dinero podrán empezar a planear metas como invertir en un negocio, crear un fondo para emergencias, etcétera.
Tip: Pueden abrir una cuenta mancomunada. La clave de esta herramienta es que para retirar dinero, deban firmar los dos.
CNN