Un estudiante universitario que filmó sin permiso a su compañero de habitación homosexual, quien terminó suicidándose, fue sentenciado el lunes a 30 días de cárcel, mucho menos que la pena máxima de 10 años, en un caso que suscitó un fuerte debate en Estados Unidos.
Todo comenzó el 19 de septiembre de 2010, cuando Dharun Ravi, de 20 años y oriundo de India, puso en marcha su webcam en la habitación que compartía con Tyler Clementi, de 18 años, en la Universidad Rutgers (Nueva Jersey, este), y observó a distancia un beso entre éste y otro hombre.
Ravi volvió a hacer lo mismo dos días más tarde, pero esa vez invitó a través de su cuenta en Twitter a sus amigos a ver lo que pasaba entre Clementi y el hombre.
Clementi, que seguía a Ravi en Twitter, desconectó la webcam cuando leyó la invitación de su compañero de habitación.
Poco tiempo después, el 22 de septiembre, el joven homosexual, un violinista introvertido y con una personalidad opuesta a la de su compañero de habitación, saltó al río Hudson desde lo alto del puente Washington Bridge, que une Nueva York con Nueva Jersey.
Su abogado alegó que Ravi sólo era culpable de una broma que salió mal; el joven no fue juzgado por la muerte de Clementi, sino por intimidación e invasión de la privacidad de su compañero de cuarto.
Antes de dar a conocer la sentencia, el juez Glenn Berman de New Brunswick, Nueva Jersey, se dirigió a Ravi, al borde de las lágrimas.
“Yo no he escuchado una sola disculpa”, dijo el magistrado.
Berman denunció la “colosal falta de sensibilidad” de Ravi por haber filmado a distancia a Clementi, pero añadió que no recomendará la deportación de Ravi, nacido en India
“Usted nunca podrá borrar el dolor que ha causado”, le dijo el juez.
La madre del ahora ex estudiante imploró clemencia al juez, pidiendo “dar una oportunidad” a su hijo, quien según dijo ha vivido “20 meses infernales”.
Por lo contrario, la madre de Clementi, calificó a Ravi de joven “arrogante y malo” que buscó humillar a su hijo.
El caso, que causó un gran revuelo, enfureció a la comunidad gay y provocó un debate sobre el acoso electrónico y las burlas a los homosexuales. Otros, sin embargo, afirmaron que Ravi fue víctima de un fiscal exagerado.
Los investigadores recuperaron muchos correos electrónicos y mensajes en Twitter de los jóvenes involucrados para intentar esclarecer el caso, sobre todo los de Ravi, donde éste menciona la homosexualidad de su compañero de habitación y en los cuales invitaba a sus amigos a espiarlo con él.
En los últimos días, representantes de la comunidad homosexual reclamaron sin embargo que el joven indio no fuera condenado por la pena máxima que prevé la ley, al subrayar que no era juzgado por la muerte de Clementi.
Una condena a 10 años habría sido una “venganza, sobrepasando el castigo”, estimó luego del fallo Steven Goldstein, presidente de la organización de defensa de los homosexuales de Nueva Jersey, Garden State Equity.
“Pero tampoco se trató de una broma infantil que terminó mal”, subrayó, lamentando la levedad de la condena.
Fueron necesarias 13 horas para que un jurado popular deliberara en marzo y declarara a Ravi culpable de intimidación, invasión de la privacidad, obstaculización de la investigación y soborno de testigos.
Los miembros del jurado concluyeron entonces que Ravi se empecinó con su compañero porque éste era homosexual.
Además de los 30 días de cárcel, Dharun Ravi deberá realizar 300 horas de trabajos comunitarios.