La idea es del japonés Shintaro Ohata (Hiroshima, 1975) y es genial: cuadro y escultura fundidos en uno para crear una percepción dinámica 2D y 3D. Tan «simple» como ponerlos uno delante del otro. No es high-tech, pero la propuesta de jugar superponiendo diferentes creaciones deja a uno en el sitio pensando. Los cuadros son en su mayoría hechos con óleo y acrílicos y las esculturas con poliestireno y pintadas más tarde. El resultado recuerda a esas otras ideas de artistas asiáticos, como las fotos flotantes de Natsumi Hayashi o los misteriosos GIFs de Rrrrrrrroll. Lo de arriba es la ilusión óptica, debajo el montaje.